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miércoles, 24 de febrero de 2010

Fun Home, ¿tragicómica?

Me prestaron hace poco Fun Home desconociendo la gran cantidad de premios y críticas favorables que había recibido (fue de los pocos cómics incluídos entre los 10 mejores libros de 2006 por el NY Times). No había oido hablar de este cómic ni de su autora Alison Bechdel, lo que da una idea de lo que sigo a veces la actualidad del noveno arte o de mi aleatorio método autodidacta.


Las novelas gráficas siempre me gustaron por ser el dibujo un tremendo recurso para contar historias (el segundo en la historia, tras el habla). Además, las autobiográficas tienen además un punto de voyeurismo que quizá explique el por qué de su auge en nuestras librerías.
Fun home, es una visión restrospectiva de la autora desde su infancia hasta su etapa universitaria, girando en realidad todo en torno a la figura de su padre y su extraña relación con él, compartiendo protagonismo con ella misma. Ella nació y se crió en un pequeño pueblo de Pennsylvania, en una casa que su padre se encargaba de decorar al estilo del siglo XIX hasta un punto casi ridículo. Según va relatando su historia, ves que todo es muy extraño, una madre resignada; una figura paterna casi ausente, sobria, rígida y con una homosexualidad reprimida; escasos momentos felices, etc. Ella misma también cuenta su salida del armario al llegar a la universidad y distintos acontecimientos que marcaron un poco su vida.

Para contar su historia, Bechdel utiliza un dibujo atractivo aunque muy estático, casi parecen fotografías (ella misma reconoce haberlas usado en abundancia para los bocetos), usando sólo color negro y azul y viñetas siempre cuadradas, dando una impresión algo fría. Se utiliza a sí misma como narradora, con una voz que transmite una aparente indiferencia absoluta ante cualquier acontecimiento que relata. En mi opinión no consigue transmitir más sentimientos que una cierta tristeza e indiferencia, no se vé a los personajes sufrir o disfrutar demasiado en ningún momento, aunqeu tampoco creo que ella lo pretendiera. Todo tiene, como dice ella misma, un aire glacial que era el que imperaba en su casa.




Lo que a mi más me ha llamado la atención es la ingente cantidad de paralelismos con obras literarias americanas. Como hija de profesores de lengua inglesa, estudiante de filología y devoradora de libros, Bechdel usa contínuos saltos en el tiempo en los que parece ver esos paralelismos con obras como el Ulises de Joyce, El Viento en los Sauces, La Odisea, La Importancia de Llamarse Ernesto, James y el Melocotón Gigante, etc. Es como si se hubiera dado de pronto cuenta por esos libros que ciertos acontecimientos de su vida eran en verdad más importantes de lo que ella creyó, y los recuerda ahora hilándolos por su semejanza con esas historias. Llega incluso a citar párrafos enteros de esas obras, ya sea literalmente o mediante dibujos, sacando ella más o menos explícitamente sus conclusiones.

Es esta la parte que me ha sobrepasado, o tienes un vasto conocimiento de literatura americana o no vas a poder entender la mayoría de los paralelismos. En ellos liga la homosexualidad latente de su padre, que de pronto se le hace muy obvia recordando detalles, su posterior muerte, el ambiente de su casa, sus experiencias universitarias, etc. Lo hace con gran brillantez, digno de admiración, pero ya digo que a mi me superaba un poco.
Aún así, os la recomiendo a todo aquel que le gusten las novelas gráficas y la literatura en general. Eso sí, no la recomiendo para quien no haya tocado una novela gráfica en su vida. Para iniciarse mejor leer los omnipresentes Maus, Persépolis, Blankets o Arrugas.

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1 comentario:

  1. Crítica rendida, jeje...

    Sí la verdad es que parece que le gusta un poco al chico :)

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