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domingo, 15 de julio de 2012

El circo como jabón

De cinco bañeras asoman sendas cabezas y sus musculadas piernas mientras ejecutan una divertida coreografía a ritmo de Crazy. En medio y sobre ellos una gran bañera con una soprano que ejecuta sorprendentes versiones. La música para y de una tubería aparece una simpática payasa, recién llegada a ese extraño mundo, que empieza por mojar al respetable.



Así comienza Soap - The show, una obra alemana producida por Circle of Eleven creada por Markus Pabst y Maximilian Rambaek allá por 2007 con la idea de trasladar las locuras que uno hace en el cuarto de baño al ámbito circense (o eso cuentan ellos). Cosechando éxitos de crítica y público, se han adentrado recientemente en una gira internacionala. Y es que este cabaret circense conoce de sobra las claves del triunfo: buenos números individuales de circo mezclados con danza, música actual y pegadiza, humor, picardía y entradillas clownescas. No hacen falta guiones ni personajes (salvo la payasa), es sólo entretenimiento.



Marie-Andrée Lemaire es la magnífica payasa que sirve de entradilla entre cada acto, consiguiendo inmediatamente la complicidad del público y su sonrisa. Abre la noche la antipodista Ludmila Nikolaeva (Circo de Moscú) con una arutina de lo más clásico, sin perder la espectacularidad de esta disciplina y ejecutada con gran seguridad. Después llega la primera de las dos intervenciones del malabarista con cuerpo de portor, el etíope Adam Endris; con un número de bolas de rebote muy bien ejecutado (ver vídeo) pero que no supera el de su predecesor en el puesto: Marco Paoletti. Tras una absurda y divertida coreografía de los tres acróbatas jugando a la desnudez a ritmo del Lago de los Cisnes, François Gravel y Fernando Dubka nos ofrecieron una bonita rutina de acrobacia y danza a dúo sobre una de las bañeras.



Es entonces cuando la soprano Patricia Holtzmann nos asombra a todos haciendo versiones de grandes obras de la música clásica con la letra de Para ti, María Isabel de Los Payos; que servirá posteriormente como gag recurrente. Después llega uno de los platos fuertes de la noche, el verticalista Fernando Dudka tiene una rutina sobre los pulls de esos de dejar con la boca abierta (ver vídeo). Fuerza, ritmo, agua, fluidez y espectacularidad sumado a la aparente sencillez que le imprime hace que sea un número de los que se recuerdan, normal si atendemos al currículum de este artista argentino-canadiense (Circo del Sol, Cirque Eloize, etc). Aún sin tiempo a recuperarnos aparece Michael Lanphear para demostrarnos la exhibición de fuerza que supone un número de straps (correas), esta vez bajo el agua de una ducha gigantesca.



Tras el descanso apareció una aerialista de aro cuyo nombre no conseguí encontrar (en parte por la ausencia de libreto, dichosa costumbre), que sustituye a Viktoria Grimmy (telas y contorsión) del reparto original. Una pena, ya que es una artista elegantísima que imprime mucha intensidad a su número. Tras varias coreografías y gags divertidos llegamos al gran final. François Gravel remata con un innovador numerazo de trapecio bajo la lluvia, donde parece acoploar sus muchos recursos de danza y otros aéreos perfectamente en este aparato, resultando un verdadero deleite para los espectadores (vídeo de su actuación en el Festival Cirque de Demain 2010).


Así, con las bañeras como tímida escenografía, en la ausencia de guión y de jabón triunfa el cabaret circense. Por la calidad de los números y el acierto en el humor y la música, que facilitan la difestión de dos horas de circo. Dudo que nadie se sienta decepcionado, no se la pierdan.


Otros enlaces de interés.



1 comentario:

  1. Qué buena crónica!
    Gracias por recordarme las sensaciones de un espectáculo tan original y que me encantó. Sobre todo por la compañía!!!
    Anónima

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