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lunes, 26 de agosto de 2013

Caminando con las manos

Tengo un amigo aficionado al circo. 

“Vaya novedad”, pensaréis algunos. Tenéis razón, no es el único. Lo que me ha impulsado a escribir sobre él ha sido su trayectoria, que comienza de una forma que me resulta familiar. Él también se fue de su casa y su ciudad para estudiar una carrera en Madrid, acaba en un colegio mayor y se topa con el circo por casualidad. Comienza, como casi todos, atraído por los malabares, aprendiendo los trucos básicos y divirtiéndose con los avances.

Se entusiasma y conoce a otro entusiasmado, y juntos forman una dupla muy afín con la capacidad de echar a volar la imaginación y no ver como irrealizable ningún objetivo. Revolucionan el Aula de Circo y acaban organizando el EUCIMA, arrastrando a los demás con una sonrisa a realizar sus objetivos imposibles.

Por el camino va dejando de lado los malabares y se va interesando en la acrobacia y en las verticales. Recurre a un estricto e imitable profesor ruso para iniciarse y, a partir de ahí, decide caminar por su cuenta (con las manos, claro). Se empapa de vídeos y de consejos y se marca, con disciplina espartana, unos entrenamientos con el único fin de mejorar. Obvia unas limitaciones innatas y las supera, como siempre ha hecho, a base de tesón, hasta quedar reducidas a una anécdota.

La mejora es progresiva y no pasa inadvertida. Los halagos se suceden y él los usa como estímulo, sabedor de que ha escogido el buen camino.  Él sigue empeñado en mejorar y medrar. Los vídeos y los manuales de acrobacia siguen pasando por sus ojos, mientras su espalda se va ensanchando y y sus objetivos se elevan. Recoge sus frutos en forma de un bonito número con una gimnasta, con el que muchos se conformarían.

Fotografía: Javier Rodríguez "Javito"


Decide que es hora de montar algo él solo, pero en su cabeza el número tiene una forma y sabe que no la puede construir sin una buena base técnica. Y de eso le sobra, como buen alumno soviético tiene los pasos muy bien marcados: si en un escalón una cosa no sale perfecta y "como debe ser", no  se pasa al siguiente. Los allegados descubrimos que tras esa disciplina hay una cabeza con muy buen gusto para crear números, capaz de aprovechar sus recursos y lucirlos en escena, primero con un número en el que se harta a leer y otro en el que cumple su sueño de ser verticalista. Esa creatividad también hace que rechace "fijar" un número, siempre cambiante, siempre añadiendo y quitando elementos, como si eso supusiese hacer un alto en su camino, cosa que no desea por nada en el mundo.

Y pasan dos años desde que comienza a subir las piernas, y el recorrido ya es muy largo. Por el camino pasa por una compañía amateur de circo con su eterno compañero, por un concurso de talentos y por varias galas, entre ellas la del encuentro que organiza, logrando que el público se levante al verlo. 

Como no ha descuidado su carrera ahora cambia de aires y empieza su nueva etapa, en paralelo a las verticales, en otra ciudad. Su cabeza sigue llena de ideas y su cuerpo está cada vez más especializado.

Fotografía: Javier Rodríguez "Javito"

Joder Iván, vaya numerazos has montado, espero que sigas creciendo y que mucha más gente pueda disfrutarlo en directo.

lunes, 19 de agosto de 2013

36º Encuentro Europeo de Malabaristas. Toulouse. 3ª y última parte

Bien, pues ya vistas las dos primeras entradas, es hora de terminar esta larga crónica con los platos fuertes, como cualquier restaurante que se precie. Acordáos antes de leer la primera y segunda parte.



Los espectáculos principales, esos que tenías pase asegurado al recoger tu entrada, fueron, sin duda los que más expectación reunieron. También los que más debate daban al terminar de verlos, donde los argumentos y las subjetividades volaban de un bando a otro. Y es que críticos y entrenadores somos todos.

Alumnos de Le Lido. Foto: Luke Burrage
Abrió la veda el espectáculo de fin de curso de los alumnos EP2 (2º año) de la propia escuela Lido: "Mon sens commun". Máscaras de cebra, trajes de gala, poca escenografía, argumentos complejos para hilvanar los números, todo en consonancia con lo que se espera de un espectáculo francés. 16 artistas de 7 países distintos, con un gran nivel en las diversas disciplinas que presentaron. Destacar la pareja de portes (Max Behrendt y Hanna Flemström), el número de trapecio de Anna Le Bozec con muchísima fuerza, el original modo de ver el mástil de Noémi Bouissou y la charlatanería combinada con los equilibrios de las mazas de Antoine Gibeaux (pese a los fallos). Un placer comprobar la evolución del español Miguel Gigosos con los malabares. Tiene un número de 3 bolas potentísimo, con ese estilo que él va desarrollando en el que los agarres imposibles y casi acrobáticos son marca de la casa. Terminaron la actuación todos juntos cantando a a capella "Cajuina" de Caetano Veloso en un bonito y poético final: "Existimos".



Otro esperado espectáculo era el de Wes Peden y Patrik Elmnert, "Between someonesons". Este americano y este sueco son dos de los jóvenes del momento en Internet. ¿El secreto de ese éxito? Combinar su altísimo nivel técnico con un estilo que cree en la investigación de secuencias nuevas obsesivamente, ésta claramente influida por Jay Gilligan. No tienen personajes ni cuentan una historia, son sólo ellos haciendo sus "burradas" únicas, que en ocasiones se vuelven figuras algo barrocas adornadas con músicas extrañas. Pero éstas se ven compensadas con otros efectos potentísimos visualmente: subir a dos alturas intercambiando tres bolas, la secuencia de 5 mazas cada uno, los aros en equilibrio, los cuerpos que se entrelazan para hacer malabares, etc. Tienen un estilo propio y parecen no cansarse de estar de moda. Ah, y sin apenas fallos, como debe ser.



De Fracto (Guillaume Martinet y Minh Tam Kaplan) jugaban en casa. Un estilo diferente con las bolas, engendrado por Guillaume y ensalzado por Minh Tam, que han explotado, investigado y elevado al máximo. Son secuencias frenéticas con muchas bolas a modo de pequeños actos, plagados de toques de humor. Personajes muy animales que hacen combinaciones imposibles de recogidas, lanzamientos con brazos entrecruzados, golpeos con el cuerpo, y recogidas muy físicas. Todo coordinado con una música minimalista. Impresionante.



La sorpresa del encuentro fue el espectáculo "Vu" de Etienne Manceu, de la Cía Sacékripa. Un personaje mudo, obsesivo y meticuloso, que realizará acciones cotidianas de una forma absurda, con objetos familiares. Es la manipulación de objetos, el humor sutil y los detalles inesperados, manteniendo el ritmo y la atención.

Etienne Manceau. Foto: Alexis Doré


Y por fin llegó la esperada Gran Gala, con el misterio de no conocer previamente los artistas, pero algo deslucida por no hacerla en un gran teatro. Fue una gala atípica, muy monotemática, prácticamente todo números de malabares, pero de éstos no hubo diábolo, por ejemplo. La presentaron Lestroistetes Decon, que estuvieron divertidos, ágiles y poco protagonistas, de agradecer en una gala tan larga. Abrió una curiosa pareja sin nombre descifrable que mezclaban rebote, ukeleles eléctricos y una plataforma de ritmos. Les siguió Marjolène con su soso y mudo número de rueda alemana, que sólo se le recordará por el topless. Después le tocó a Takaaki, desde japón con su manipulación de aros, muy limpia. Después una de las sorpresas: Blizzard Concept (Antoine Therrieux y Julien Mandier), con un divertido show con aspiradoras y bolas flotantes. Tras ellos, Thomas, un malabarista francés con una rutina de bolas muy compleja al "estilo francés". Antes de la pausa, Wes Peden con su número solo, de mazas y bolas, más accesible que otras actuaciones previas. Tras la pausa, el español Jimmy González, con un número de bolas y danza muy potente. Tras él, el veteranísimo Michael Davis, elegante, seguro, divertidísimo con su show ajustado tras más de 30 años en escena, y funcionó de maravilla entre tanto malabarista moderno. Se acercaba el final y quedaba Selyna Bogino con su espectacular y seguro número de antipodismo con aires de circo clásico, que acabó cerrando con 5 balones de baloncesto, de lo mejor de la noche. El gran cierre lo hicieron Water on Mars: Wes Peden (sí, otra vez), Patrik Elmnert y Tony Pezzo con sus lluvias de malabares por el escenario.


Water on Mars (Tony Pezzo y Patrik Elmnert). Foto: Luke Burrage


Y con un extraño y descafeinado pasacalles por Toulouse, donde había que llevar auriculares donde se oía por radio las cosas que "había que hacer", se llegó a la plaza del Capitolio. El sol de justicia no empequeñeció unas larguísimas olimpiadas, que se celebraron mezcladas con la final del Volley Mazas y una reedición de la espectacular final de Gladiator entre Luke Burrage y Joschen Pfeiffer. Imparable Joschen en ambas. Curiosa la prueba de 5 bolas, que se dejó estar, sin trucos ni nada, lo que supuso que el ganador tuviera que estar 22 minutos haciendo malabares para ganar. Bonita lanzada al caer la tarde para poder indicar que le toca el turno a Irlanda. Allí nos veremos.


Olimpiadas en el Capitolio. Foto: Luke Burrage

Lanzada. Foto: Luke Burrage


Nota: si queréis ver muchas fotografías de buena calidad de la EJC pasad por la web de Luke Burrage, donde se pueden descargar gratuitamente. 
Si sois más de vídeo, estoy haciendo una lista de reproducción con los vídeos interesantes de la EJC, (no os olvidéis de suscribiros en Youtube y Facebook)



sábado, 17 de agosto de 2013

36º Encuentro Europeo de Malabaristas. Toulouse. 2ª parte

Después de un breve repaso a la organización y aspectos más generales del encuentro en la anterior entrada, llega lo jugoso: hablar de las actuaciones y los artistas más destacados, el gran atractivo de cualquier encuentro europeo. 

Hay que reseñar que esto es sólo un pequeño resumen de los artistas que, en mi opinión, fueron los destacables. En menos de 7 días de encuentro hay más de 100 actos, por lo que me ha sido imposible ver todos. Además de la dificultad para tomar nota de los nombres (entender a presentadores franceses pronunciando nombres japoneses es un reto, por ejemplo), así que cualquier sugerencia o comentario sobre actuaciones que os gustaran estaré encantado de recibirla.

Kris Sobry en un momento de su actuación


Los Open Stage son "escenarios abiertos", donde cualquier participante puede presentar su acto ante el resto previo mínimo cásting previo. Hubo uno cada noche en una carpa específica donde subían las lonas una vez lleno, punto a favor ya que no te quedabas sin verlo. El nivel siempre es dispar, este año fueron Open larguísimos (alguno con 20 actuaciones, más de 3 horas, una locura) y con un exceso de malabaristas. Se agradecen números de otras disciplinas circenses entre medias para "oxigenar". Además, se notaba que estábamos en Francia pues muchos de los números fueron sin música, con mucha "expresión corporal" (o lo que algunos entienden por eso), lentos, aunque bonitos. También escasearon los números grupales, lo que también empobrece la escena general. Resultaba sorprendente ver algún número que no fuera individual, como si fuera la única vía posible de "estar de moda"; en contraposición con los grandes triunfadores del encuentro, como Defracto o Wes y Patrik, que demuestran lo bellos que son los números coordinados.

Bonito ver a Lauge Benjaminsen mucho más maduro y menos macarra haciendo sus trucazos de altísimo nivel. Dai Zaobab demostró por qué él es uno de los desarrolladores del buugen, una maravilla hipnótica. Se agradeció que hubiera rueda Cyr y Pascal Häring es un maestro de la misma, todo muy fluído. Alexis lució sus dos diábolos en distintos ángulos con la cuerda horizontal, algo no muy estético pero que sólo puede hacer él. Jacob Sharp se hizo famoso por sus dúos de diábolo con su hermano, pero con "Pink shorts" irrumpió en el mundo de las pelotas con unos trucazos increíbles. Uno que no podía faltar en Toulouse era el maravilloso número de sombreros de Lorenzo, donde el humor, la técnica, y las tablas se unen para hacer un show que no te cansas de ver. Yuri Yamamura actuó un poco desubicado en un Open de la carpa Zimzam, pero aún así mostró sus bonitas y técnicas combinaciones con bolas, al estilo japonés.


Y quedan muchos, por desgracia no caben todos: las Barbie girls y su passing de 4 personas; las troupes de diabolistas asiáticos, todas similares; algunos exalumnos de Lido marcando la línea de la escuela; aquella pareja de clown y portés que tanto entusiasmó, etc. Pero es imposible (y aburrido) mencionarlos a todos aquí.



Hubo un par de Galas especiales, además de la habitual de Fuego y la de Luz (Galactic Gala). La Froggy Gala Show trataba de recrear las tradiciones típicas francesas: vino, queso, el amor, etc. Todo artistas franceses, salvo rara excepción. A destacar al dúo de Audrey y Gaëlle con sus mazas blancas y su "pelea de chicas", Christelle Herrscher realizar unas tortillas de forma peculiar, Pilolip y su manipulación con aros, Guillaume Karpowicz y su impresionante rutina de diábolo y popping, Marianna de Sanctis a dúo manteniendo su personaje alocado con hulahop y el mejor cierre posible: Florent Lestage llevando más allá su número de bastones y mazas, ahora es aún más sorprendente, divertido y espectacular.

La otra Gala especial fue la Intrika Fashion Show. No es otra cosa que una divertida pasarela de moda organizada por el dúo Intrika. Los malabaristas famosos sirven de modelos para los trajes diseñados por ellas. No falta de nada, hay fans enloquecidas, guardaespaldas, fotógrafos insistentes e incluso Blue Batman, con su superfuerza, al que la policía no puede atrapar. Un espectáculo que empezó casi de broma hace pocos años y que ya es un imprescindible en las EJC. Y para terminar, una fiesta todos juntos, que hay que celebrar.



La Visual Juggling Gala fue el larguísimo show que montaron Raphael Caputo (Metlili) y Lucas Gardezani (Malabarize-se). Es un proyecto común con vídeos muy bien editados a artistas especialmente estéticos, como cortados por el mismo patrón, pero muy espectaculares. Actuaron gente como Tassio, Cyrille Humen, Lucas Castelo, Endika (probablemente una de las mejores actuaciones que le he visto), Ayal (mejor con 1 solo frisbee), Bach, Gautier, Sylvain, Juan Duarte (espectacular su equilibrio de bola en la cabeza), Vicky Versari, etc. Lástima que fuera una gala tan larga y algo monótona, porque la verdad es un estilo que hipnotiza.



De los espectáculos de calle cabe destacar a Cie Toi D'abord (Jérémy Olivier y Thomas Lafitte) por encima de todos los demás. Esta pareja mantiene perfectamente unos personajes con detalles muy sutiles, toques de humor sencillo, son carismáticos y los trucos de rebote son sorprendentes. No es de extrañar que encantaran a todo aquél que los viera en directo. Kris Sobry y BorisPatchak (François Bouille) no convencieron tanto como se esperaba, uno quizá por estar ante público malabarista y el otro por tener que traducir constantemente sus textos, perdiendo mucho ritmo. La portuguesa DulceDuca realizó su número de mazas y personaje de extremos que, guste o no, a nadie deja indiferente.

Cie Toi D'Abord


Continuará....(haz click para ver la tercera y última parte)

viernes, 16 de agosto de 2013

36º Encuentro Europeo de Malabaristas. Toulouse. 1ª Parte

La "ciudad rosa" fue este año la elegida para albergar la 36ª edición del Encuentro Europeo de Malabaristas (EJC en inglés). Muy esperada esta edición, por varios motivos: Toulouse es un sitio de referencia en cuanto a "nuevo circo" se refiere, por estar allí la escuela Le Lido; los organizadores, Par Haz'art, son los mismos que ya organizan la convención Boudu la Jongle; Toulouse está en Francia que, junto con Alemania, son los países con más malabaristas; y además, cerca de España.



Par Haz'art es una organización de Toulouse con 10 años de experiencia organizando uno de los encuentros más importantes del país galo: Boudu La Jongle. Una vez embarcados en la gran aventura que supone organizar una EJC, quisieron crear una réplica a lo grande de su querido encuentro, primando los artistas locales.


Resumiendo, esta edición de 2013 me ha parecido un muy buen encuentro europeo, pero siempre hay matices. A falta de cifras oficiales, ha habido más de 4500 inscritos, de más de 40 nacionalidades distintas, lo que lo convierte en uno de los más numerosos de la historia de las EJC. Más de 200 voluntarios han ayudado a la organización para poder hacer posible un evento tan complejo estructuralmente como una EJC.

Para acceder al encuentro, en la carpa de Le Lido te daban la pulsera que servía de pase para toda las actividades y un brevísimo mapa. Se echó en falta el folleto de otras ediciones con más información sobre espectáculos, horarios y artistas. El boca a boca y el info-point tuvieron que sustituir esta lacra. Organizaron los espectáculos de una forma curiosa: había unos pocos espectáculos "principales" y el resto. Para evitar las aglomeraciones, estos shows principales se dividieron en 5 pases diferentes según colores. Buena idea por no tener que esperar larguísimas colas con el miedo a quedarte fuera, como otros años y, a su vez, mala idea, porque muchos de estos espectáculos principales se solapaban con otros "secundarios" y hacía imposible ver todo.

Por desgracia, el acceso al enorme recinto sin pulsera era sencillo, y se podía ver a bastantes "polizones" disfrutando de casi todas las actividades por la cara. También, y pese a la prohibición, se veían numerosos perros por todas partes, sin que la organización hiciera grandes gestos por echar a sus dueños.



El espacio estaba asentado en los terrenos adyacentes a Le Lido, al noroeste de Toulouse. Extensos campos de deporte y zonas arboladas que albergaban sin problemas todas las tiendas de campaña y caravanas que allí se acercaron. Siete grandes carpas, sumadas a la de la escuela, intercaladas en varias zonas de acampada. En la "EJC Ville", el centro neurálgico, se encontraban además 2 pabellones abiertos 24 horas para entrenar, una zona asfaltada con gradas naturales para diversos espectáculos, los puestos de comida (veganos, alternativos y muy caros), la carpa-bar, el info-point (¡con el ansiado wifi!), una bonita zona arbolada para la práctica libre y la de slack-lines. Sitio de sobra que evitó grandes aglomeraciones.

Junto a Le Lido situaron la zona de tiendas, una especie de centro comercial donde probar todo el material está permitido y que, aunque no vayas a comprar nada, perderás allí varias horas mirando los catálogos de malabares, los nuevos inventos o las grandes ofertas.


Lo malo fue que en los pabellones, sin aire acondicionado, el calor era sofocante y dificultaba cualquier entrenamiento sin tener agua cerca. Curiosamente, a cualquier hora que te acercaras por allí, podías sentarte durante un rato a mirar con la boca abierta a los "bichacos" entrenar locuras impensables. Por suerte, salvo un día, el tiempo respetó y a la sombra de los numerosos árboles se podía practicar tranquilamente sin miedo a deshidrataciones. Otro pequeño problema de las instalaciones fueron la escasez de baños y duchas, tema que fueron resolviendo durante el encuentro montando pequeños baños portátiles ecológicos (urinarios de compost, buen invento, por cierto). Para combatir el intenso calor que hizo esos días en Toulouse, se pusieron unas duchas portátiles al aire libre y numerosas fuentes.


Sorprendió, y mucho, que apenas hubiera una zona con estructura para aéreos y otra, muy pequeña, para acrobacias. Espacio claramente insuficiente para toda esa gente que fue con la esperanza de poder practicar a gusto. Es incomprensible que, en un encuentro cuyo ámbito se extiende a todo el circo, no haya espacio para estas actividades, relegando a un segundo plano todo aquello que no fueran malabares, lo que empobrece claramente el encuentro. Día a día se fue viendo que esa era tónica habitual de los espectáculos, con escasísimas actuaciones que no fueran de malabaristas. Lo dicho, estos detalles empequeñecen lo que debería ser "el gran evento circense" del año a nivel mundial.


Las carpas eran enormes, una destinada a los grandes shows y a la gran Gala. Otra a algunos espectáculos franceses (De Fracto, Sans Dessous Dessous) y otra que era la carpa-bar. Ésta última estuvo muy bien organizada, todas las noches había varios conciertos y siempre estaba muy animada. Lástima de precios europeos para la cerveza. También hubo una carpa sólo para Renegades, que fueron diarios y, en general, divertidos y con buen nivel. Otra de las carpas, esta vez más recogida y especial, era la ZimZam. Toma nombre de una asociación francesa dedicada a utilizar el circo como medio de integración social y de trabajo con discapacitados. En ella hubo espectáculos diarios con discapacitados, shows familiares, galas con artistas sordomudos, etc.

The Rocket Family, uno de los espectáculos de ZimZam
El encuentro también acogió el campeonato europeo de monociclos (EUC, Extreme Unicycle Championship) en las disciplinas de "flat " y "trial" (cuyos ganadores fueron Raphael Pöham y Mark Fabian, respectivamente), y el europeo de Kendama, que curiosamente ganó un asiático (Tomoya Mukai). Este tipo de competiciones enriquecen y diversifican un encuentro, permitiendo que cada uno salga de su especialidad un poco y descubra y aprenda cosas nuevas de las otras, creando afición e interés.

Bien, así a grandes rasgos ya nos hemos situado en lo que fue la EJC, en las próximas entradas.... ¡artistas y espectáculos! (ver segunda y tercera parte)


Mientras os dejo con un vídeo de lo que fue "Plaza España" o el "campamento de gitanos" que montamos muchos de los españoles allí. Un sitio perfecto, con sombra, buena gente y donde se estaba muy muy a gusto. Con gente así cualquier encuentro gana muchos puntos.