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martes, 22 de abril de 2014

Manzanas y Caos. Smashed, de Gandini Juggling

80 manzanas, 9 malabaristas y 4 juegos de té. Suena “I've always wanted to dancein Berlin”, de Little Jack Little y comienza el desfile de artistas con 3 manzanas, realizando una especie de canon de trucos, para luego sentarse en sus respectivas sillas. Así empieza Smashed (2011), una de las últimas creaciones de la compañía inglesa Gandini Juggling, por primera vez representada en Madrid. Fue en el Price el pasado enero y entre el elenco, siempre cambiante, estaban Sean Gandini, Kati Ylä-Hokkala, Owen Reynolds, Iñaki Sastre (los 4 miembros fijos de la compañía), así como un reciente integrante español: José Triguero.

Foto: Gandini Juggling

Creada como un homenaje a la coreógrafa alemana Pina Bausch, la obra se compone de varias escenas indepedientes, aunque con cierto hilo común. A través de los malabares se nos habla de la complejidad de las relaciones entre hombres y mujeres, la situación de la mujer en la sociedad y del caos.

Todo ello con un malabar muy especial: manzanas. “Tiene mucha simbologías”, explica Sean Gandini, fundador de la compañía. “Es un clichè dentro del malabarismo, también está su relación con Newton y la gravedad, el simbolismo con Adán y Eva, la pérdida de la inocencia, etc. Además, es un objeto que todo el mundo conoce y eso acerca la obra al público”, profundiza el malabarista.

Foto: British Council

Durante las escenas se pueden observar juegos y secuencias marca de la casa, de Gandini Juggling. Trucos entrelazando los brazos de varios artistas, secuencias síncronas entre todos, la composición de siteswaps grupales; todas ellas con gran belleza. El fallo es, en esta obra, una parte más del malabarismo, y siempre se juega con ello, haciendo que a veces se confunda con escasa capacidad técnica, nada más lejos de la realidad.

Foto: Tristram Kenton
Juegan con la provocación y las reacciones del público, que se enfrenta a algunas imágenes algo duras sobre el trato a la mujer, que pueden ser malinterpretadas como machistas, cuando la obra empieza como algo más ligero. Estas secuencias llevan a un caos final, lleno de destrucción. “Me gustaba la idea de romper cosas, es como volver a la infancia, bastante terapéutico”, comenta Gandini. “Además, como dice la canción inicial, me gustaba la imagen de bailar sobre la destrucción”.

SMASHED a Gandini Juggling Performance from Gandini Juggling on Vimeo.


 Más info:

Versión del artículo publicado en la revista Zirkólika, nº 40.

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