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lunes, 7 de junio de 2010

Reconstruyendo recuerdos de guerra, Vals con Bashir

Esta es una entrada atípica en mi blog, ya que Vals con Bashir es en verdad una película de animación de 2008, pero como yo la he conocido a través del cómic de la película y merece mucho la pena, no he podido resistirme a comentarla.


Ari Forman es un director de cine israelí que con 19 años fue llamado a filas por el ejército de su país para combatir en la Guerra del Líbano de 1982, donde fue testigo presencial de la terrible masacre de Sabra y Chatila, donde miles de palestinos refugiados fueron asesinados por falangistas libaneses bajo la permisividad israelí. (más información de esta guerra aquí)

El problema es que es incapaz de acordarse de nada, no tiene recuerdos de esa brutal experiencia como soldado y tampoco puede concretar cual fue su papel en esa matanza. Pero después de una charla con un amigo suyo, también excombatiente, en la que le cuenta cómo tiene la misma pesadilla desde hace 2 años y que está relacionada con la Guerra, Forman se extraña de su desmemoria. Es entonces cuando empieza a hablar con amigos suyos psiquiatras, con compañeros de batallón, corresponsales de guerra, etc, para que poco a poco los recuerdos vuelvan a su memoria, algunos de forma surrealista.

Vals con Bashir es una forma distinta de afrontar el ya tratado tema de las experiencias particulares de los peones de la guerra, no sólo por ser un "documental de animación" (a priori un oxímoron, un término absurdo), si no por ser una poderosa vivencia en primera persona que refleja lo absurdo y horrible de las guerras. Muchas escenas de gran fuerza y tensión son narradas con cierta indiferencia y distancia, por ser el sentimiento que parece que les embargaba a algunos de aquellos muchachos.

A su vez es llamativo el tono crítico que hay contra la acción israelí pese a ser de un director de cine de esa nacionalidad, se agradecen voces que se escapen al control ideológico. Forman utiliza para contar su historia en una combinación de animación con Flash, siempre con predominantes tonos oscuros y que dan mucha fuerza a todas las escenas. Remata la película con unas escenas reales que nos sacan junto al protegonista de la distancia que ha podido producirnos la animación, impresionante.



El cómic se resume, como comentan en esta crítica, en las escenas clave de la película, ya que tiene un estilo cercano al cómic. Después de haber probado ambos formatos, me quedo con la película, premiadísima película (candidata a un Oscar a la mejor película extranjera en 2009) que nos recordará este capítulo oscuro, uno más, de la historia de Oriente Próximo.

Página de la película

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