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lunes, 19 de diciembre de 2011

Camino al Malabar, camino al Circo

Sucede que un día tu tío te regala 3 pelotas de malabares. Junto a ellas un viejo papel de los Hermanos Karamazov traducido por la AM en el que explica cómo aprender a hacer malabares. Él sabe ya hacer los cuatro trucos básicos y tú lo coges con ganas.

Sucede que a tus 12 años aprendes pronto muchas cosas nuevas: delante de la cama no te tienes que agachar, que dentro de casa no hace viento, que la combinación "siesta materna+bolas cayendo" no es la adecuada y que las "columnas" es el truco inalcanzable. Cada malabar parece más atractivo que el anterior y te crees capaz de abarcarlo todo.

Sucede también que le pierdes la emoción, que sin referentes uno tiene el aprendizaje limitado. Hasta que llega internet y con él proliferan foros, páginas en .html y vídeos que no terminas de comprender pero que hacen que ese gusanillo te vuelva a picar.

Y llega un gran cambio en tu vida.

De pronto apareces en otra ciudad con un objetivo y alrededor de él tu horizonte se abre. Cientos de personas en poco tiempo, con sus gustos, sus ilusiones y sus aficiones. Tanto de lo que aprender y contagiarse que no pareces dar a basto. Una estructura que pone a tu alcance todas las posibilidades para expandirte y crecer. Ahí comienza la voracidad por las páginas dibujadas y allí conoces a un extremeño de Mondragón que comparte tu afición y te descubre los encuentros de malabares, comenzando por uno en costas levantinas, enganchándote desde el primer momento.


El entusiasmo crece como la espuma y decides aprender de forma estructurada. Hay una carpa situada dentro de un bosque con un peculiar profesor que no parece tan interesado en enseñar malabares como en enseñarte un camino para poder progresar de forma independiente. La carpa alberga también a otros personajes mostrando y con ganas de transmitir. Al principio tu actitud es la de mero espectador, tomando notas mentales, sin atreverte a interrelacionarte demasiado. Tu curiosidad se abre y explora más allá de los malabares, tocando y dejándose tocar por otros ritmos circenses, y la sensación es placentera, y la ilusión crece.

La ilusión de echar cosas al aire y que se mantengan ahí, un momento, un suspiro, que tomen forma, que hagan lo que tú tienes en la cabeza, o que te sorprendan a ti haciendo algo que no esperabas. Tener los ojos y la mente abiertos a nuevas ideas, formas, lanzamientos y posibilidades. Disfrutar de ese momento de placer, hasta que, como una pompa de jabón, un objeto cae al suelo y se rompe la magia. Es entonces cuando viene la parte más importante: agacharse, mirar al suelo con humildad una y mil veces, rápidamente, por las ganas de repetir ese momento de paz, esa satisfacción, porque has visualizado aquello que querías conseguir o simplemente por disfrutar la sensación de mantener objetos volando.

Y sucede que con la excusa de una muestra de alumnos, en una estructura muy cercana a la que te acogió años atrás en tu nuevo lugar de residencia, conoces a viejos duendes (o donyets) conocidos y a nuevos entusiastas. Y con ellos vas a tu primer encuentro internacional y descubres que este mundo consigue sorprenderte una y otra vez. Y te proponen dar clases de esto que tanto te gusta, dentro de un ambiente de entusiasmo febril y ganas de crecer. El germen del circo crece imparable en ese lugar y parece expandirse hasta culminar meses después en la organización de un pequeño gran encuentro hecho de pura ilusión. Y el brote inicial parece haberse asentado sobre una base firme que esperas aguante los cambios que traen los años.


Sucede que un día das a luz a una idea que llevabas tiempo gestando en tu cabeza: tratar de transformar en forma de párrafos tu reciente entusiasmo. Bajo un juego de palabras descubres que ese espacio parece aportarte más a ti que a los escasos primeros lectores. Aprendes y transmites, y los tumbos por la red te lleva a ir ampliando conocimientos de forma errática, pero dejando poso.

Casi a la par que ese alumbramiento conoces a un sombrerero, al que tú ya admirabas de antes, y con el que compartes tu afición por las letras y los objetos volantes. Y te invita al mundo de las tintas, dándote tribuna en revistas que hablan de cosas en las que te sientes claramente un recién llegado, pero de las que te dejan formar parte. Y te abren la puerta a los espectáculos de tu ciudad, a los que invitan a tu pluma, y amplías con cada uno un poco más tu conocimiento. Y lo que te parecía un pequeño mundo ahora lo ves como un universo en expansión que alimenta tus ganas de aprender.

Sorprendentemente, no te has alejado de aquél objetivo primero que te hizo cambiar de ciudad y vuelves a cambiar de vida. Dos caminos paralelos que no suelen tocarse y que en ocasiones cuesta compaginar. Cuando pones horas y esfuerzo en uno, el otro se resiente y deja de medrar. Equilibrio inestable como maza en la nariz. La carpa y las batas, el público y los pacientes.

9 comentarios:

  1. Genial, como siempre. Es una reflexión tan buena, tan emotiva y que transmite tanta ilusión, que me ha emocionado. Y es por la emoción que transmite tu forma de expresarlo. Escribes muy bien y es muy importante que llegue así tu sentimiento. Mi más emocionada enhorabuena y mi cariñosísima felicitación por disfrutar tanto con tantas cosas como haces. Todas bien y con ilusión, que es lo más importante. Mil besos. Anónima

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  2. Fantástico, y sencillamente desde el momento en que decides entusiasmarte por algo y entregarte a ello. Dos caminos paralelos, sí, pero que se pueden impregnar uno del otro, para enriquecerse mutuamente. Quien dice que a los niños enfermos no les gusta ver volar ilusión? Qué mejor público que tus pequeños pacientes? Achuchón ;)

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  3. Sin duda, muy bien encaminado vas para alcanzar el "nirvana malabarístico"...
    Un fuerte abrazo desde Alicante
    Fede

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  4. Todo esto del nuevo estilo me recordó a aquellas palabras:

    "Yo amo los mundos sutiles,
    ingrávidos y gentiles,
    como pompas de jabón."


    Lo que siempre reverencié, y lo que aprendí a reverenciar, resumido en tres versos.


    En fin, dicho de otra forma: se agradecen tus soplos de aire fresco(a través de la tan mencionada ilusión).

    Besoticos.

    N.

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  5. Rafus!!
    Qué difícil me ha resultado a mi compaginar... muchas cosas, durante mucho tiempo. Eres un ejemplo para mi pequeño pediatruno me haces sentir que se puede... ¿¿¿¿el ordenador permite que sientas como crece la ilusión en mi???? Eso espero

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  6. Muchas gracias a todos por estos comentarios tan cariñosos, sois sin duda parte importante de este camino.

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  7. Rafus, Rafus, Rafus.....ya tienes 3, asi que a practicar. Pronto habrá 4, luego 5, luego 6...y hasta 7. Tu ilusión y entusiasmo es contagiosa. Mucho cuidado con propagar una grave epidemia cirquense de esas que solo se curan con grandes pastillas y hierbas de todos los colores. Un beso, dos besos, tres besos

    El tio de las tres pelotasss

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  8. Algo similar nos ocurrió a nosotras, nos acercamos al mundo del circo como fotógrafas y el entusiasmo de las personas que están en este mundo nos contagió,hicimos algunos cursos de iniciación en Carampa (Madrid)hace ya más de 10 años,fué maravilloso y muy divertido.
    Nuestro camino profesional nos volvió a separar del circo por falta de tiempo, pasaron unos años y llegó la crisis que nos obligó a reinventarnos,aunar fuerzas y recursos.Tres amigas nos volvimos a reunir,decidimos empezar un proyecto en el mundo de la artesanía queríamos hacer piezas de cuero diferentes y aquí aparece de nuevo el circo empezamos a elaborar pelotas de malabares de cuero que ya vendemos a todo el mundo en nuestra tienda Emcouros en la plataforma de artesanía Etsy.
    Nos encantaría que visualizases nuestra tienda y nos comentases que te parece.
    Te mandaríamos unas fotos pero aquí no veo donde adjuntarlas.
    Nos encanta el nombre de tu blog y las historias que nos cuentas.
    Enlace a la tienda
    emcouros.eu
    O en la plataforma Etsy buscar la tienda Emcouros.
    Saludos y esperamos tu opinión.

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  9. Hola Emcouros
    Bonito también vuestro proyecto y vuestra historia. El circo tiene ese algo que engancha y deja poso para siempre.
    Veo vuestra página y veo una gran variedad de objetos muy bonitos, no tengo duda de que os irá bien por ese camino.
    Un abrazo

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