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domingo, 12 de enero de 2014

Entrevista a Miss Mara, por Julio Penedo Iglesias


Resulta que mi abuelo, Julio Penedo Iglesias, era escritor, periodista y pintor. Colaboró con muchas revistas y periódicos a lo largo de su vida, entre otras la revista LARMA, que editaba quincenalmente el departamento de divulgaciones científicas de los Laboratorios R. Malo de Molina (ya extinto), a modo de entretenimiento y autopromoción. Entre otras muchas personas, entrevistó a grandes artistas de circo de su época dorada, los años 60. He tenido la suerte de encontrar estas entrevistas estas navidades y las he transcrito para compartirlas con mucha ilusión. Aquí dejo la primera, a Miss Mara, en su estreno en Madrid, justamente menos de un mes después de que nos llegara la triste noticia de su fallecimiento



MISS MARA, LA TRAPECISTA ESPAÑOLA QUE TRIUNFÓ EN EL RINGLING DE NUEVA YORK, ACTÚA POR PRIMERA VEZ EN MADRID.

A las seis de la tarde, a pleno sol, los leones y los tigres duermen repantingados en sus jaulas de hierro y bostezan como los señores en las butacas de los casinos de los pueblos pequeños.
Las inquietas moles grises de los elefantes, intranquilas y sudorosas bajo la lona, cogen hierba con la trompa y la esparcen sobre sus espaldas.

Para llegar a la vivienda-remolque de Miss Mara hay que atravesar por donde están las fiestas. Mara es sevillana, Mara me dice que tiene veinticinco años acabados de cumplir. Mara es morena y menuda. Se casó a los diecisiete y tiene una niña de siete años y su marido también es español. Mara y yo hablamos sentados fuera, al lado de su vivienda, en dos butacas que su marido nos sacó de dentro.

¿A qué altura trabaja en el trapecio?
En el Ringling siempre he trabajado a cuarenta pies. Sin embargo eso depende de la altura del circo, pues trabajo siempre pegada a la lona.

¿En qué consiste su trabajo más peligroso?
En la resbalada de talones.

¿Qué es lo que usted hace en el trapecio que no hagan las demás trapecistas?
Precisamente esa resbalada de talones, con el trapecio en movimiento. Este ejercicio, los que lo hacen, lo efectúan sin vuelo. Sin embargo, me gustaría que no fuese yo la única, pues así el circo siempre sería ameno. 

¿Qué opina de Pinito del Oro?
Es una buena trapecista, aunque su género es muy distinto al mío.

¿Le ha impresionado mucho el accidente sufrido recientemente por esta artista?
Sí; y precisamente ese mismo día me impresionó también la noticia del accidente de un compañero mío del Ringling [Se refiere a la caída del alambrista americano Harold Azana, que cayó desde una altura de diez metros y las lesiones sufridas le obligaron a retirarse del circo]

¿Ha sufrido usted algún accidente?
Pequeños, bastantes. Por ejemplo el de Albacete del año 1948. El accidente más grave que he sufrido me ocurrió el 4 de septiembre de 1953 en Tacoma, Washington. Es una fecha que no olvidaré nunca. Me fracturé la espina dorsal, tuve conmoción cerebral, me partí los huesos del tobillo derecho y me deshice el hombro del mismo lado. El tobillo lo tengo sujeto con dos tornillos de platino. Este accidente me obligó a pasarme dos años retirada del circo, andando en una silla de ruedas. Los médicos me dijeron entonces que no podría volver al trapecio. Me caí a las nueve de la tarde y recobré el conocimiento a las doce de la noche. Tan pronto como volví en mí, dije que quería sanar pronto para empezar de nuevo. El circo me atrae como un imán. A veces me duele la cabeza o me encuentro resfriada y al salir a la pista, con el ruido de la música, se me pasa todo.



¿Ha pensado alguna vez abandonar el trapecio?
Nunca.

¿Su afición favorita aparte de su profesión?
Dos: los toros y el cine. Admiro a las personas valientes, por eso de los toreros que he visto últimamente me gustó Chamaco. Recuerdo mucho a Manolete.

¿Su actuación más emocionante?
La vez que actué en el Madison Square Garden. Creía que una mujer tan pequeña como yo no se iba a ver en aquel recinto tan grande, pues como usted sabe, es el mayor del mundo. Aquella noche tuve un éxito apoteósico.


Mara me habla de su hermano Tonito, que tiene diecinueve años y que es también un alambrista único en su género, pues da el salto mortal hacia delante y hacia atrás, sin pértiga. En Estados Unidos le llaman “The Second Concolino”. Mara se fue muy joven a Norteamérica, en donde se formó. Trabaja en el trapecio desde los siete años. Me dice que una artista de su género no da todo lo que tiene que dar hasta los dieciocho o diecinueve años. Actuó últimamente durante cinco años seguidos en el Ringling de Nueva York, el circo más famoso del mundo entero, ganando seiscientos dólares semanales. Su gran ilusión es triunfar también en España.

Ahora, Mara está actuando en el Circo Americano, en Madrid, siendo ella la atracción máxima del espectáculo. Me invita a verla actuar. Es algo sorprendente. Trabaja sin red y todos sus ejercicios los ejecuta del travesaño hacia abajo, con el trapecio volante, sujeto sólo por la nuca o por los talones.

De regreso de su actuación, la más aplaudida de todas, la más justamente ovacionada, hablo con una Mara sudorosa con los talones sangrando, con la nuca casi en carne viva. Me explica que llevaba algunos días sin ensayar, por culpa de un resfriado, y que se le reblandeció la piel y que hasta que le vuelva a hacer callo se hará daño todas las veces. Aquí gana cinco mil pesetas diarias. Estará dos meses en España y regresará de nuevo a Estados Unidos.


Miss Mara, la célebre trapecista española, es una chiquilla morena, menuda, que se ha vuelto golondrina. Por eso Mara, todos los días vuela impecablemente bajo la lona del circo. 

Entrevista publicada en el número 4 de la revista Larma. 18 de mayo de 1958.

5 comentarios:

  1. Qué emoción!
    Muchas gracias por el recuerdo.
    Bss,
    Anónima

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  2. Interesante recuperar pedacitos de historia del circo.

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  3. Estrellas como ella nunca mueren y si alzas la vista en la noche estrellada una de ellas !!
    La reconoceras por su brillo de luz gracias
    Miss Mara 🌷🌷😍

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