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lunes, 29 de febrero de 2016

Jamás nos plantearíamos otra profesión. Entrevista a Los Kikolas

Primera entrevista en dos tiempos del blog. Le ha tocado a un dúo, Los Kikolas. Una primera ocasión, en octubre de 2014, en un pequeño bar de Herrera de Pisuerga tras finalizar el X Malabaria. En ella se sucedieron las sonrisas, las frases empezadas por uno y acabadas por el otro, con la complicidad que da una hermandad artística. El segundo, en febrero de 2016, vía mail, sin que falten los abrazos y las muestras de cariño telemáticas. La magia de las entrevistas las fusiona sin solución de continuidad. La misma continuidad que tuvieron Los Kikolas durante más de 12 años de trabajo por toda la geografía. 




Quique Méndez ("el moreno") era un joven de Aguilar de Campoo (Palencia) que, interesado por el teatro de calle y el payaso, descubre el malabarismo. En el año 2000 llega a Burgos y conoce el Centro Social Gacela, un lugar de reunión de artistas, actores, músicos y los primeros aficionados al circo. Allí ya estaba Quique Sebastián ("el rubio"), un burgalés -"de Gamonal", aclara- que ya había comenzado a hacer malabares en el 97, "con 20 o 21 años empecé, llegué desde la música". "Hacíamos muchas actividades: pasacalles, animaciones, talleres, etc. Al poco de conocernos comenzamos a practicar muchos malabares, sobre todo estábamos muy enganchados al passing".



Sobre su formación ambos se consideran autodidactas, aunque presumen de que su amistad con Iñaki Sastre (Gandini Juggling) les ayudó mucho a aprender, para después asistir a cursos e intensivos. "Antes llegábamos todos al circo por los malabares, ahora es más por la acrobacia y los aéreos, hay mucha más formación que antes. Hacíamos un poco de todo, teníamos que hacerlo para poder trabajar, estábamos muy enfocados a trabajar en la calle. Ahora se tiende más a la especialización en un número que a la creación de un show de 1 hora", reflexiona Méndez.

Quique Méndez (izda) y Quique Sebastian (dcha) en 2002



Poco a poco, comienzan a participar en diversos eventos, actuaciones en centros comerciales, performances en escaparates, pasacalles y demás. Comenzaron a ir a encuentros de malabaristas y a conocer a otros artistas de circo. Hasta que deciden juntarse. "Nuestro primer bolo juntos, antes de llamarnos Kikolas, fue un desastre. Tuvimos la genial idea de ir a pasar la gorra al centro de Burgos el último día de las fiestas, el llamado 'día del burgalés ausente', cuando toda la ciudad se va al parque de Fuentes Blancas", recuerda entre risas Méndez.



Quique Sebastián aclara un poco los orígenes: "comenzamos a ser Los Kikolas en 2002, teníamos mucho material de los entrenamientos y decidimos hacer algunas gorras. Pensamos ir al sur porque hacía mejor tiempo. Llegamos a Málaga, la peor elección de nuestra vida, en los 15-20 días que estuvimos allí apenas pudimos actuar porque nos echaba la policía, una ruina. Ese verano fuimos más por el norte y ya nos fue mejor, empezamos a crearnos unos personajes".



Ese primer show se llamó "Malabartistas de calle" y giró durante años, llegando a hacer más de 500 actuaciones en toda su carrera. "Funcionaba muy bien"-asegura Sebastián-"sin publicitarlo nos seguían llamando para hacerlo. Gustaba al público, tenía diábolos, antorchas, mazas, acrobacias...".





A este espectáculo siguieron otros con mayor o menor fortuna. Primero Circo Modesto (2004), más orientado a sala y a público infantil (la demanda del momento), al que no sacaron mucho partido. Después vino Street Circus, un pasacalles muy trabajado, con personajes, disfraces, zancudos, gomaespuma, músicos en directo, etc; pero que resultó un fracaso. En 2006 vino Quique Palique, al que sucedió su gran espectáculo: Dr Ficante.



"Para crear Dr. Ficante nos metimos 9 meses a trabajar a diario muchas horas con Alejandro Britos, un director artístico madrileño que contratamos para la ocasión. Fue un currazo pero el show tenía de todo: magia, malabares, sombreros, flair, personajes,etc. Menos mal que funcionó muy bien", recuerda Méndez.



Quique Sebastián lo confirma: "Ha sido el espectáculo que mejor ha funcionado y el que más alegrías nos ha dado". Y continúa,"El que nos ha sacado de Castilla y León, que nos ha llevado a festivales como Circada, la Bisbal, etc". Se trataba de un divertido y cuidado espectáculo donde una pareja de hermanos nos vendían un tónico milagroso con múltiples propiedades. Ese afán por cuidar los trajes, la escenografía, los materiales, es su sello de identidad, persistente en sus espectáculos individuales. (En este vídeo podéis ver un fragmento de una de sus actuaciones).






Colaboraciones con Payasos Sin Fronteras, conociendo el circo social. 


Ambos han sido colaboradores de PSF en varias ocasiones, sin embargo sólo coincidieron en una de las expediciones. En lo que si concuerdan es en la sensación que deja ese voluntariado. Méndez lo explica: "el voluntariado engancha, es un regalo, te va haciendo el corazón más grande y te ayuda a relativizar todo, tus problemas y preocupaciones; te carga las pilas".







La Carpa Domo, el proyecto contra viento y marea.


En 2012 los Kikolas compran una carpa geodésica, un proyecto de ilusión y lleno de energía. Coincidiendo con el décimo aniversario de la compañía organizan en ella galas y espectáculos de circo para el disfrute de sus 100 espectadores por vez. Después se animaron con el festival Soñando Circo", todo autogestionado, que tuvo mucho éxito los dos años celebrados. Pero comenzaron las dificultades con el Ayuntamiento de Burgos. "El tercer año vinieron a por nosotros -explica Méndez- supongo que por haber sido siempre muy críticos con la gestión cultural de la ciudad. Nos pusieron muchos problemas en todo: el cuadro eléctrico, el aforo, la policía controlando, etc. No nos prohibían pero nos hacían la vida imposible". "El desgaste fue muy grande, nos quitaba fuerzas para el resto de proyectos, y más unido a la crisis. Se unió a los problemas de salud de Quique (Sebastián) y su familia, así que nos planteamos parar y hacer un reset, empezar otros proyectos".



Con la decisión tomada, Los Kikolas se despidieron de sus amigos en el Cabaret Vintage en su propia carpa domo. La despedida de los escenarios el 3 de enero de 2014, en Burgos. "Fue un bolazo, salió genial, sabíamos que era el último y fue un placer", recuerda con una sonrisa Sebastián.







Divergen los caminos
 
Sus proyectos personales aparecieron antes de separarse. Comenzó Quique Méndez creando a su alter ego Jean Philippe Kikolas, con el espectáculo Sin Remite. Un despistado cartero francés que bebe del humor de Chaplin y Keaton mientras juega con una escenografía cambiante, con pelotas de rebote, con bici acrobática, con los equilibrios y con los globos gigantes. Mientras los Kikolas seguían girando, de hecho su compañero era el técnico de sonido en Sin Remite. En cuanto a la experiencia en solitario, Quique la describe como "diferente, te tienes que empujar a ti mismo, se va más despacio, aunque estoy contento porque los proyectos van saliendo: hay bolos, la carpa sigue funcionando...".


Además se ha embarcado en proyectos compartidos, como el espectáculo Errantes, de la Compañía El Cruze, de corte más contemporáneo y cuya experiencia allí describe como "enriquecedora". En su futuro más cercano, Quique habla de su nueva creación, dirigida por Leandre y que quiere presentar en agosto. En marzo participará en un festival en austria y en mayo en el MUECA de Canarias. Podéis ver aquí su vídeo promocional.




Por su parte, Quique Sebastián creó su compañía propia, Kicirke, en 2014, tras la separación, combinando su trabajo a la gorra con colaboraciones con otras compañías de teatro de Burgos. Eso le permitió estar más cerca de su familia y acompañarla en momentos delicados de la salud de su mujer, Vanesa.



El Comediante es el trabajo creado, en él se pueden ver los detalles de la marca Kikolas: el mimo por todos los elementos, la escenografía cuidada, el vestuario bien elegido. De esta nueva etapa, Quique destaca "la libertad en cuanto a mostrar lo que me ronda la cabeza, a poder volcarme en mi familia y a poder gestionar mejor mi tiempo. Además, en solitario todo se multiplica, ya sean éxitos o fracasos". Podéis ver aquí su vídeo promocional.






Ambos refieren haber cumplido un sueño al poder trabajar y vivir del circo, y ambos coinciden (como en tantas cosas) en que jamás se plantearían otra profesión. La respuesta es igualmente idéntica en cuanto a su futuro: "seguir siendo feliz con lo que hago".

4 comentarios:

  1. Joder que maestros mas grandes más hermosos... Como explicar a quien no los conoce por dentro, el tipo de personas del que se habla?

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  2. Un amor siempre a Los Kikolas, históricos!!

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  3. Pero que suerte tengo ¡¡¡¡¡¡ Besos Hermanos

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  4. Tenía pendiente el poder leerla y por fin lo he conseguido.
    Por enésima vez, enhorabuena! Multiplicaos para que existan más Kikolas.

    Gracias también a Rafa por el artículo!

    Abrazos!

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