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domingo, 1 de enero de 2023

Pues ya estaría

Tras unos meses de maduración, aprovecho este primer día del año para poner un punto y final a esta aventura. Han sido doce años y medio de malabares y tintas, de circo y cómics. Que se dice pronto. Es muchísimo tiempo en años-blog. Bastante ha durado, la verdad. 529 entradas, casi nada.

Una aventura que comenzó para poder verter todo eso que tenía en la cabeza. Que me ha permitido vivir cosas maravillosas: conocer a gente fascinante, entrevistar a artistas a los que admiro, traspasar puertas que nunca imaginé que se me abrirían y sobre todo aprender, aprender muchísimo. Por eso, al mirar lo recorrido solo puedo estar agradecido. Es cierto que esa mirada atraviesa un cristal que puede reflejar en ocasiones nostalgia, pues es fácil caer en la lástima por lo que hacías (y disfrutabas) y ya no haces; pero esa es una lente tintada que a veces impide ver (y disfrutar) lo que ahora estás haciendo. Por eso no conviene mirar mucho por esa ventana. "Yo soy yo y mis circunstancias", que diría Ortega y Gasset. Las circunstancias de una vida, de los años que se van sumando, de los cambios de ciudad, de las pasiones encontradas y mantenidas, de los frutos de esa pasión que te revolucionan todo, de la realidad laboral que arrincona las aficiones, del tiempo finito, de las prioridades, siempre las prioridades. 

Que nadie se engañe. Me sigue apasionando el circo, sobre todo los malabares. Los consumo siempre que puedo, ya sea en formato virtual o en directo, aunque éste escasee en la ciudad donde ahora vivo. Hace mucho que no actúo (nunca lo hice mucho), y apenas practico ya, eso es cierto, y reconozco que a veces miro a mis malabares con una mezcla de nostalgia y pena por verlos guardados, aunque mantengo una pequeña ilusión de que los volveré a desempolvar en algún momento y disfrutaré de aprender errando. Porque eso son los malabares: ensayo y error, muchísimos errores. Un entrenamiento perfecto para la vida: genera una gran tolerancia a la frustración y desarrolla una capacidad para superarse a uno mismo increíble. Un arte que con sus infinitas posibilidades permite desarrollar la creatividad, incluso a los cerebros cuadriculados y pragmáticos como el mío.

También me siguen fascinando los cómics, aunque ya no esté al día. Me sigue pareciendo un medio de expresión maravilloso, que consigue combinar dos artes como son la escritura y el dibujo e impulsarlas hacia un universo de posibilidades. Un medio que emociona como pocos, que a veces disfruto tanto que intento leer despacio para paladearlo mejor. Menos mal que ya está mucho más generalizado que hace años y a casi nadie extraña ver a un adulto con un cómic, aunque sea disfrazado de novela gráfica.

Sigo vinculado a preciosos proyectos de circo como es el Festival Iberoamericano de Circo (FIRCO), que se está consolidando a nivel internacional y en el que el equipo humano se define como "amigos" más que como "socios", y eso es una diferencia abismal. Somos eso: amigos dando forma a algo muy bonito como es un festival de circo que ayuda a promocionar a artistas y a aumentar la visibilidad de este mundillo que tanto nos entusiasma.

También estoy apoyando la gran iniciativa de mi amigo Davel Puente, en el que está repasando la interesantísima y casi desconocida historia del circo en su canal de Youtube, por el que estáis casi obligados a pasar (de verdad, merece mucho la pena).

Y desde mi cabeza, proyectándose al horizonte, cientos de ideas que salen del cajón llamado "algún día molaría". Llámese que mis hijos aprendan malabares, o crear más afición en mi entorno cercano, volver a dar clases, ayudar a programar circo en mi ciudad, crear un espacio de entrenamiento, residencias y exhibición, etc. Muchos títulos de películas rondando por mi cabeza, pero que no descarto ninguno, porque sigo pensando que todos pueden ver la luz en algún momento y me entusiasmarán. De momento, mantengo (retomo) alguna red social desde la que iré volcando cosas sin ninguna presión ni ambición. Supongo que seguiré escribiendo de circo, que es algo que me ha enseñado este blog y de lo que sigo disfrutando. Pero ya igual es para mí, o para allegados.

Y... Hasta aquí.

Ya salen los artistas a saludar, mientras la orquesta suena de fondo. Luego, de forma coreografiada, dan una vuelta a la pista al trote y se dirigen al telón que oculta la trasescena mientras el presentador agradece al público su asistencia. Se apagan las luces de pista, se encienden las de las gradas.

Gracias a todos los que me habéis acompañado.

Se os quiere.

¡Salud y mucho circo!

Chimpún (o no, ya sabéis que a veces hay un segundo saludo)