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lunes, 31 de agosto de 2015

"Danza y Malabares se completan y complementan". Entrevista a Jimmy González

Es una fría noche del invierno parisino. Jimmy González (Bosost, Lleida, 1992) acaba de actuar en las semifinales del la 36º Festival du Cirque de Demain. Ha presentado un precioso número en el que hace malabares con arcilla. Contrasta su menudo cuerpo con la imagen de fuerza que transmite haciendo malabares. Está contento con su actuación, su tímida sonrisa se escapa durante toda la entrevista, al igual que el sutil acento francés que acompaña a sus palabras. Aún no sabe que al día siguiente le será entregada la medalla de oro del prestigioso festival. 



¿Cómo empiezas a hacer malabares?
Yo nací en Bosost, un pequeño pueblo del Valle de Arán, de unos 800 habitantes. Mi padre es francés y mi madre es española, durante la semana iba a estudiar a Francia a un internado y los fines de semana volvía a España. A los 7 u 8 años, me enseñó malabares un payaso que se llama Rufi. Después empezamos a hacer espectáculos juntos por el Valle de Arán. Rufi hacía el payaso muy bien y juntos nos divertíamos mucho. Ibamos por los pueblos con un show llamado "Sonríe por narices", llegamos a ir al festival de Tárrega. Nadie más en mi familia hacía nada relacionado con el circo. Mis padres tienen un restaurante.

¿Qué disciplina te gustaba más al principio?
Al principio hacía de todo, mazas, palos chinos, diábolo, cariocas, monociclo, zancos... Mi elemento preferido son las bolas, son muy puras, muy simples. Es con lo que empecé y con lo que más identificado me siento.

¿Cómo acabas dedicándote al circo?
La verdad es que mis padres siempre me han apoyado muchísimo, desde el principio. Me llevaban a los espectáculos de circo que había cerca, me llevaban a Tárrega, me llevaban al Circo del Sol o a Francia a ver espectáculos contemporáneos. Lo hacían para que me diera cuenta de los diferentes estilos que había. Me dijeron que si quería hacer circo, adelante, pero que lo conociera bien.

Después de los espectáculos de calle, a los 13 o 14 años, dedicaba muchísimas horas a entrenar y ver vídeos en Internet. Decidí que me iba a dedicar al circo y dejé el esquí de competición, mi otra afición entonces. Entonces decidí ingresar en una escuela de circo llamada Châtellerault, donde se compaginan los estudios de secundaria con la formación circense. La verdad es que allí descubrí el resto de aspectos del circo, fue una formación muy completa durante 3 años.

¿Cómo llegas a Montreal?
Ya en Châtellerault tenía la ilusión de acabar en la Escuela Nacional de Circo de Montreal. Tenía también muchas ganas de salir de Francia, de conocer otras formas de ver circo. Sabía que en esa escuela se fijan muchas grandes compañías y que era una buena oportunidad de hacer cosas más comerciales mientras te centras en proyectos más pequeños y personales. Y es lo que así sucedió.

Allí además tuve la suerte de hacer muchos amigos y de conocer a mi novia (Erika Nguyen, acróbata y aerialista). Con otros 4 amigos formamos la compañía “Et des hommes et des femmes” al terminar en la escuela y presentamos un espectáculo. Estoy muy contento con la formación y la experiencia.



En tu número combinas malabares con bolas y danza, ¿cómo lo defines? ¿Crees que es más de danza o de malabares? ¿Cuál pesa más?
Yo creo que soy más malabarista que bailarín, sobre todo porque tengo más control de los movimientos, es lo que he hecho más años. La danza me encanta, disfruto mucho del movimiento, estoy intentando aprender más danza, controlar bien mi cuerpo como un verdadero bailarín. A la mayoría de los artistas de circo que nos gusta la danza nos gusta movernos, por eso también a muchos bailarines este tipo de circo les gusta, porque hay mucho movimiento.
Los dos se completan y complementan. Aunque en mi caso son los malabares los que me llevan a bailar y no al revés, aunque van muy juntos

Para mí la mayor inspiración en este sentido ha sido Stefan Sing. De pequeño admiraba a Viktor Kee, pero si hago danza y malabares es por Sing.

¿Crees que un número debe cambiar siempre? ¿Existe un miedo a fijarlo?
Depende. Puedes hacer un número y dejarlo como está y luego hacer otros, o puedes ir cambiando el que ya tienes. Yo tengo mi número de bolas y ahora he creado este de arcilla. Si tuviera que hacer un número nuevo de bolas sería completamente diferente. Las pequeñas cosas siempre van cambiando. Aunque en el conjunto, ese número de bolas lo siento como completo. Siempre va a evolucionar, porque los movimientos cambian, la técnica mejora, las sensaciones...

Ahora la gente ya no quiere guardar una estructura fija en un número. No tiene mucho sentido. Si la vida cambia tu número también tiene que cambiar. Si a la gente le ha gustado y quiere volver a verlo, será el mismo número, pero evolucionado. Esa evolución gustará a unos y a otros no, depende.

En tu número de bolas combinas mucho la estética, pero guardas mucho de técnica de bolas, que a veces se olvida.
Fue uno de los motivos de irme de Europa. Me encanta bailar, moverme, hacer malabares de esa forma no tradicional. Pero siempre he trabajado mucho la técnica. Allí en Montreal creo que se consigue combinar las dos partes de la mejor forma. Es una buena forma también de que sea más accesible a la gente, así llegas al público que le gusta el contemporáneo y a los que prefieren algo más técnico.

¿Piensas en un publico al crear o guardas cosas para ti?
Se piensa en el público, sobre todo en trabajos concretos, pero cuando creo uno sin objetivos lo hago para mí. Este del Demain ya sabía cómo iba a ser más o menos, porque tenía un objetivo. Si tengo que hacer un número simplemente porque me apetece, será más para mí.



Aquí has presentado un número de malabares con arcilla. ¿Cómo nace la idea?
La idea empezó en Chatelerault, ví un número de danza donde los bailarines iban tirando arcilla por todos los lados y me gustó la idea. En Montreal en segundo año, trabajé durante 2 o 3 meses en un número con arcilla, para divertirme. Cuando acabé la escuela, fui con los 7 Dedos de la Mano a Nueva York y les encantó la idea. Creé un número para ellos, no tanto para la escena, era más para animación, no me lo tomé tan en serio, era para divertirme. Cuando quise venir a este festival, propuse las bolas, pero no estaba permitido porque ya había participado en el Festival Sol y Circo de 2013 (donde también ganó la medalla de oro). Les dije "tengo otro número con arcilla, que dura 2 minutos y ya hice en The Box, un poco erótico", les envié el vídeo y les propuse que si aceptaban que les haría un número más largo, de 5-6 minutos, más técnico. Y es lo que he hecho estos dos últimos meses. La verdad es que estoy muy agradecido, ellos creyeron en mí sin haber visto el número. Las últimas dos semanas han sido un poco locura de ensayos. Sólo lo había visto mi novia. Ayer lo presenté y tengo que decir que aún no sé dónde estoy con el público en este número.

Ha gustado, te lo puedo confirmar.
Qué bien. La verdad es que es versátil. Quiero continuar con esta idea, antes no estaba seguro, ahora sé que puedo continuar. La arcilla lleva la técnica más lejos, la imaginación de la gente más lejos.



Tienes un currículum impresionante para alguien de 23 años.
La verdad es que he tenido mucha suerte. He podido trabajar con las tres grandes compañías canadienses (Cirque Eloize, Cirque du Soleil y 7 Dedos de la Mano), en cada una con un formato distinto: espectáculos, eventos corporativos, animaciones, etc. Lo cierto es que estas compañías se fijan mucho en los alumnos de Montreal, es cómodo para ellos. Yo encantado porque me gustan mucho estas compañías, pero también tengo ganas de trabajar por mi cuenta.

¿Has pensado moverte por España? No estamos acostumbrados a tu estilo.
Sí, tengo muchas ganas. Estoy ahora mismo en contactos con The Hole, para un espectáculo donde poder integrar mi número con la arcilla, de tipo más erótico. La verdad es que me gustaría actuar aquí, empecé en el circo en España y es a España a quien he representado en el Festival Cirque de Demain, aunque tenga acento francés (risas). Me gusta la idea de abrir el mercado fuera de Francia y Montreal. Me gusta mostrar donde se haya visto menos el circo contemporáneo.

¿Qué proyectos tienes a corto plazo?
Estoy abierto a muchas propuestas. Tengo ganas de hacer algún dúo con mi novia. Queremos probar nuevas cosas, ver diversas formas de circo y participar en ellas. También tengo muchas ganas de aprender más danza. Me encantaría ir un año con una compañía de danza.

Aparte del circo, ¿tienes otras aficiones?
Me gusta mucho cocinar, viajar, la música [toca la guitarra y el chelo]. Me gusta montar en bici por la ciudad y las cosas simples como ir al mercado. Mi novia me ayuda también a alejarme un poco y que no sea todo 100% circo.

¿Qué es para ti el malabarismo?
Para mí es la manera de mirar adelante a la vida, me da ganas de mejorar. Me permite sorprenderme y evolucionar. También me permite enseñarle a la gente que no sabe las cosas que puede llegar a hacer el cuerpo humano, además de ser bonito y alegre. Espero que los malabares enseñen a la gente a disfrutar y a valorar las pasiones de la vida, que son las que te permiten avanzar.


ACTUALIZACIÓN AGOSTO 2015:
Jimmy actualmente vive y trabaja en Alemania. Este año ha participado en Quilombo, un espectáculo del Cirque Bouffon, en Urbanatrix y en espectáculos en el Café Hahn. Todo conseguido tras su actuación en París y en todos ha podido participar su compañera Erika, tal y como él deseaba.
El próximo fin de semana del 19-20 de septiembre actuará en Montjuïc, con motivo de las fiestas de la Mercè en Barcelona. A partir de enero participará en el espectáculo The Hole en el Casino de París. Un calendario de ensueño para un malabarista humilde al que la vida sonríe sin cesar.

Jimmy González (d) recibiendo un premio de manos de Viktor Kee



domingo, 30 de agosto de 2015

Ración de vídeos del mes. Agosto 2015

Agosto es un mes peculiar si no te vas de vacaciones y vives en una gran ciudad. El pulso de la urbe desciende hasta la bradicardia, las arterias se liberan de sus molestos trombos de cuatro ruedas y los diversos órganos se llenan de fiestas patronales. Como si de un Ramadán occidental se tratara, la vida política se toma un descanso y los medios de comunicación disfrutan de sus "noticias veraniegas". Un mes ideal para revisitar la bella tradición de ver vídeos de circo. Espero que vengan con apetito, viene cargado el menú. 

Pasen, hay sitio al fondo.

1) Manuel Álvarez. Parte de una de las familias más prolíficas del circo patrio. Manuel eligió el malabarismo y fue uno de los representantes de una especie de "estilo español" (o lo más parecido a ello). La rutina de mazas sigue sin tener igual, la espectacular variedad de juegos de pies, o Kickups en inglés, y su velocidad hacen de este hombre algo único. Una gozada. Como nota curiosa, el vídeo es de RTVE, cuando se televisaba circo...

                       
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2) Mathew Tiffany y Mike Parker. El spinning es una disciplina en peligro de extinción. Quizá por la aparente escasez de trucos que pudiera albergar. El circo, sus practicantes, es especialista en sacar todo el jugo imaginable a cualquier disciplina. Este dúo, que pareciera salido de la Curia, saca un vídeo destinado a ser un rara avis, por la variedad de trucos y por la curiosa localización y música.

                       
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3) Takeshi Kamisato. Seguimos con los giros. Ahora toca peonza. Ese juguete milenario que cada cierto tiempo asalta los patios de los colegios a golpe de moda. La cosa se ha ido de las manos y los trucos que se pueden hacer con ellas son increíbles.



4)  Delaney Bayles. Cambiamos de tercio para volver a los malabares puros. Delaney es una norteamericana de 17 años. Lo llamativo de su caso es la barbaridad de trucazos que ya domina a esa edad. Da gusto ver a estos "machacas" de los malabares, el día que creen rutinas vistosas....



5) Nicole Frýbortová. Esta checa es una deportista de bicicleta acrobática. El nivel técnico que adquieren estas disciplinas "circenses" cuando se pasan al plano deportivo es asombroso. Para muestra esta increíble rutina de bicicleta, donde empieza con un "saltito" que hace llevarse las manos a la cabeza. Si ya tuviera un toque artístico sería inolvidable (y no me refiero a unas alas de mariposa).


6) Ranking de malabaristas japoneses. Bien de bolas y cajas de puros. Técnica y velocidad endiabladas. El gusto por la rapidez y los "ooohhh" del público. Otra cultura en todo, también en los malabares.


Guindas
¡Salud y mucho circo!

domingo, 9 de agosto de 2015

"El circo es un arte visual". Entrevista a Viktor Kee

Es 7 de mayo, el día de la première de Amaluna, la última producción de Cirque du Soleil, en España y también en Europa. Viktor Kee (Pryluky, Ucrania, 1970), uno de los referentes del malabarismo actual y uno de los protagonistas del espectáculo (es Cali, un hombre-lagarto), hace un hueco dentro de su atareado día para responder a unas preguntas. Es en unas mesas al aire libre, junto al camión-comedor, donde Kee aprovecha para almorzar mientras habla de Amaluna, de él y de su fundación. Transmite tranquilidad con sus palabras y gestos, respondiendo con serenidad, fijando su profunda mirada cuando enfatiza alguna frase. En ocasiones una breve sonrisa se escapa de su boca, sobre todo cuando habla de malabares, mostrando al socarrón bonvivant que lleva dentro.



Pregunta. Hablemos de Amaluna, ¿Cómo has llegado aquí?
Respuesta. Tras 9 años en Dralion y más de 3000 shows, abrí una productora de espectáculos (Art Vision) porque quería ser manager y hacer cosas distintas. Quería seguir actuando y acabé en Singapur, donde cambié mi número y mi personaje. Entonces me llamaron de Cirque du Soleil y me ofrecieron un nuevo espectáculo, donde tendría más protagonismo. El personaje me interesaba y encajaba con lo que estaba haciendo: los movimientos de reptil, más bufonesco, etc. Cali es más divertido, mis otros personajes eran muy serios. 

P. Siempre cuesta encontrar los nombres de los artistas de Cirque du Soleil en la prensa o en la propia web de la compañía, en cambio sí es fácil encontrar el de los coreógrafos o diseñadores de vestuario
[nota: los nombres de los artistas ni siquiera salen en el dossier que dan a los medios].
R. Eso lo odio, se supone que por contrato debe aparece nuestro nombre, pero solo sale en el programa (que es de pago). Me parece que no es justo, si el mundo del circo estuviera más unido y tuviera un soporte sindical no pasarían estas cosas. Nadie imagina que esto pueda pasar en una obra de teatro, pero en el circo es así. No es luchar contra Cirque du Soleil, es simplemente que quiero visibilizar mi nombre. También hay que reconocer que se está a gusto en la compañía, ofrece muchas facilidades sanitarias, de entrenamiento, técnicas, etc.

P. ¿Os afecta en algo la venta de la compañía?
R. Por el momento no ha cambiado nada. Cada tour tiene una gestión independiente y todo sigue igual. Yo supongo que los nuevos dueños comenzarán con los cambios en unos meses.

P. ¿Crees que Cirque du Soleil promueve el circo?
R. Nunca fue uno de sus objetivos, ellos quieren ser la mejor producción de circo, nada más. Sí han conseguido que la gente, al pensar en circo, visualice los clásicos circos de lona y el Soleil, pero nada entre medias. Por ejemplo, yo creo que es como Apple, no promueve la tecnología, no creo que quieran que la electrónica sea popular, sino que quieren vender su producto y hacerlo bien.



Viktor Kee ha creado recientemente su propia Fundación benéfica.

P. En 2014 creaste la Fundación Viktor Kee. Previamente habías recorrido los Estados Unidos con tu campaña “Help Ukraine”.
R. Fue una experiencia conmovedora. Cuando empezó el conflicto en Ucrania decidí hacer algo, aunque fuera simbólico. Crucé el país de este a oeste para informar a la gente y recoger firmas en una bandera, visibilizando y concienciando sobre el conflico. También recogí algunos fondos para caridad, pero no era ese mi objetivo. Fue una gran experiencia. El problema es que es un conflicto muy complejo políticamente y no se podía ser neutral. En Rusia ya han avisado que no podré actuar allí en la gira de Amaluna, aún tengo que renegociar mi contrato.

P. Después creaste tu fundación, que tiene varios frentes: los círculos donde realizáis talleres con niños, la terapia con discapacitados, los eventos para recaudar fondos, la campaña del 1%....¿No sois muy ambiciosos?
R. Sí, quizá demasiado. Por ahora nos centramos más en el trabajo con niños y en la creación de una escuela infantil de circo en Ucrania. Después de eso llegaremos al resto. Me hace mucha ilusión lo de la escuela, sería seguir el modelo en el que yo me formé y que tras la caída de la URSS ha desaparecido. Estamos en contactos con el Ministerio de Cultura, buscando apoyos y sponsors, etc.

P. ¿Estás contento con cómo está funcionando?
R. Sí, por suerte tengo un gran equipo de voluntarios. Estamos ahora esforzándonos en buscar vías de financiación, pero el proyecto de los “Open Circles” que hemos realizado en Argentina salieron muy bien. Además, 4 meses después de ir a uno de estos sitios con niños en riesgo de exclusión vimos que esos niños siguen realizando actividades culturales. Este verano iremos a África, a Kenia. Estamos aprendiendo, creciendo, queremos hacernos mas grandes y llegar a más sitios.

P. ¿Cómo puede la gente ayudar a tu fundación?
R. Informándose de nuestro trabajo a través de nuestra web (www.viktorkeefoundation.com). Todo es altruista y cualquier aporte será bien recibido. Todo se invierte directamente en la fundación. Desde ofrecerse como voluntario en nuestros proyectos, hasta donar dinero directamente, pasando por comprar merchandising, traducir nuestros textos o promocionarnos a nivel local, todo será bien recibido. 


Su carrera en el circo.
P. Te formaste en la escuela local de circo (Uday), en la que entraste a los 6 años a través de tu hermano ¿cómo descubriste que querías ser malabarista?
R. A los 15 o 16 años, tenía que decidir disciplina. Tenía un número con aros y mazas, muy clásico, que funcionaba, pero un día creé un número que mezclaba 3 bolas grandes con pasos de breakdance, que en su momento me gustaba mucho. Resulta que este nuevo número, menos técnico, era mucho más popular, así que la decisión ya estaba tomada. Ya no volví a actuar con otro elemento que no fueran bolas.

P. En 1989 ingresas en la Escuela Profesional de Circo de Kiev, ¿Qué es lo que más recuerdas de tus años allí?
R. Las muchísimas horas de entrenamiento, con sesiones de siete de la mañana a siete de la tarde. A los malabaristas nos hacían entrenar 2-3 horas más cada día, ya que el programa formativo dedicaba pocas horas al malabarismo. Recuerdo competir con otros alumnos a ver quién se quedaba más tiempo entrenando, todos queríamos ser el último en irnos a casa, aunque estuviéramos muy cansados.
P. En alguna ocasión has comentado que estás más interesado en la parte estética de los malabares que en la técnica, ¿Piensas que se puede alcanzar esa estética sin una base técnica?
R. No, tienes que tener una base técnica muy sólida para estar cómodo con los malabares, para hacer lo difícil fácil. El circo es un arte visual, no un deporte, si muestras un truco muy técnico, pero no lo haces de forma estética, no va a funcionar entre el público. Si dejamos de prestar atención a cómo se ven los trucos desde fuera, pierde todo su sentido.

P. ¿Crees que algunas escuelas de circo de línea más moderna están olvidándose de la técnica?
R. Sí, trabajan mucho el estado de ánimo, pero no la estética. Algunos se centran mucho en sí mismos. Yo no quiero transmitir mi sentimiento al público, yo quiero sacar un sentimiento del público, que salga de ellos; es una aproximación diferente.

P. Has conseguido tener un estilo propio característico, ¿Cómo nació?
R. Con aquél número de malabares y breakdance, ví que funcionaba ydecidí a desarrollar trucos en el suelo y en movimiento. Luego vi a Francis Brunn en vídeo y quise ser como él, me impresionó mucho, me vestí completamente de negro y simplifiqué la técnica de mi número, sólo hacía 3 bolas. Luego vi que los escenarios grandes requieren más elementos en el aire y volví a recuperar las 5 y 7 bolas en escena.

P: ¿Entrenas nuevos trucos?
R: Hace tiempo que no, lo que hago es probar pequeñas variantes de algunos trucos o combinaciones de ellos. Por ejemplo, investigar en una combinación de Mill's Mess con contact. Cada vez me involucro en más proyectos que me restan tiempo del entrenamiento, ahora entreno sólo lo que tengo que hacer, aunque sin olvidar futuros nuevos números.

P. Has comentado que hiciste el mismo show con Dralion más de 3000 veces, ¿Cómo te concentras antes de un número que puede volverse tan rutinario?
R. Nunca me he aburrido, siempre es distinto. Años después conocí a Brunn y llegamos a ser buenos amigos, él siempre decía que se motivaba con cada público, queriendo hacerlo perfecto o metiendo pequeños detalles diferentes. En cada país el público es diferente y lo percibes, además, yo me sigo poniendo nervioso y tengo ciertos rituales previos para focalizar mi atención.

P. ¿Alguna actuación que recuerdes especialmente?
R. La nochevieja de 2000 actué en Nueva York junto a Barbra Streisand, fue bonito. También fue muy emotivo mi último show en Dralion. Fue graciosa una vez en Chile que olvidé quitarme la veda semitransparente que cubría mis ojos al principio del espectáculo. Realicé toda la rutina con ella puesta, sin encontrar el momento de quitármela (risas).



P: Siempre comentas que admiras a Brunn y a Biljauer. Presumes de haber sido amigo de Brunn, pero pudiste conocer a Biljauer?
R: No, nunca pude conocerlo. Brunn fue más que mi amigo, era mi mentor, nuestros encuentros fueron momentos muy especiales para mí. Fue el primer artista que vi que combinada movimiento corporal, trucos y danza, junto con un gran personaje. Estaba muy impresionado y marcó el inicio de mi estilo. Años después nos conocimos y él me dijo que admiraba mi trabajo, fue uno de los momentos más emocionantes de mi carrera. Después de eso nos volvimos muy amigos. Para mí siempre será mi ídolo y mi héroe.

P. ¿Qué aficiones tienes fuera del ámbito circense?
R. Me gustan mucho los musicales clásicos, con artistas como Fred Astaire o Gene Kelly, fueron una gran inspiración para mi. También me gusta mucho el golf, que tiene muchas similitudes con los malabares, siempre se puede mejorar, requiere constancia y precisión. Disfruto mucho bebiendo un buen vino con amigos, mientras fumamos un buen puro.
 
P: ¿Cuáles eran tus sueños mientras estabas en la escuela de circo y cuáles son ahora?
R: Han cambiado. Antes quería hacer algo especial, ser relevante, tener un estilo particular y viajar por el mundo. Era muy ambicioso, cuantos más sitios importantes hubiera actuado, mejor. Recuerda que vivía en la Unión Soviética, me apetecía salir y viajar. El dinero no era un objetivo, era más enseñar lo que yo hacía. Eran sueños egoístas, pensando sólo en mí mismo. Ahora son cosas más grandes, no tan egoístas. Me gusta crear números, me gusta ayudar a otros artistas, la solidaridad, etc. Por supuesto ahora quiero abrir una escuela de circo para niños. Me he dado cuenta que trabajar con discapacitados es muy estimulante. Para un invidente, poder lanzar dos bolas es mucho más emocionante que para mí lanzar 7 bolas. Él puede tener las mismas sensaciones cuando se lo muestra a su familia que cuando yo lo hago delante de 2000 personas, quizá incluso más intensas. Eso es lo valioso, lo feliz que te hace hacer lo que haces. Poder compartir esa felicidad es algo que he descubierto y lo estoy disfrutando mucho


Esta entrevista es una versión extendida de la aparecida en el nº 44 de la revista Zirkólika