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miércoles, 31 de agosto de 2011

Ración de vídeos del mes XVII. Especial EJC

Apurando las últimas horas del mes saco del horno esta ración de vídeos cocinada a fuego muy lento, demasiado. Tras escribir la larga crónica sobre la EJC y ver que se me quedaban muchas cosas en el tintero, me veo casi obligado a dedicar esta entrada a aquello que tanto me llamó la atención en Múnich, o a gente que creo que merece la pena seguir. Pasen, hay sitio al fondo.

1) Benjamin Beckherrn. Un futurible que causó furor, como su hermano menor. Con menos de diez años ya demuestra un dominio impresionante, que evoca al Gatto de sus primeras apariciones. Cada vez que entrenaban se les hacía un corro de gente, no os cuento cuando salieron a escena durante la Gala Made in Germany. Habrá que ver su evolución.



2) Kyle Johnson. Llevo siguiéndolo un tiempo en Youtube, y parece que no soy el único. Este californiano se ha hecho muy popular gracias a su combinación de contact y malabares. Ha hecho un recorrido por varios encuentros europeos este verano y lo está relatando en unos vídeos en su canal, que recomiendo, así como sus crónicas de la Vulcano Propbox. Algo distinto proveniente de Estados Unidos, se agradece.



3) Komei Aoki. Este japonés también tiene una legión de seguidores. Él define su estilo como Daggle, fruto de unir danza y malabares (juggle), y sus creaciones las muestra en esta actuación en la Gran Gala. Yo lo sigo desde que sacó su magnífico vídeo titulado "My Room", donde muestra su capacidad para manipular cualquier objeto siempre buscando algo diferente. Y es que una persona que es capaz de decorar así su habitación ya indica cierta sensibilidad y creatividad. No os lo perdáis.



4) Jöelle Huguenin. En un mundillo muy dominado por los hombres, al menos en lo que a "malabares clásicos" se refiere (bolas, mazas, aros), ha irrumpido con fuerza esta joven suiza de increíble técnica y con una rutina plagada de trucazos. Tiene otra buena habilidad, la de sonreir mucho durante sus actuaciones. Magnífica.



5) Wes Peden, Patrik Elmnert y Jay Gilligan. Sí, otra vez tengo que hablar de estos tres amiguetes. Han unido sus fuerzas para seguir una fe ciega, la de investigar sin pausa. Asombrosa la cantidad de secuencias que son capaces de memorizar y desechar en pocos meses. Sin duda los dos primeros, al cobijo de su gurú Gilligan, son de lo más popular entre los malabaristas, con seguidores e imitadores. En el Allstar Show se les esperaba con impaciencia y levantaron a todo el mundo. No sé qué tal lo verá el público no-malabarista, pero en estos ambientes lo están partiendo. Grandísima técnica junto a las ganas de involucrar todas las partes del cuerpo en los lanzamientos, como ya comenté sobre este vídeo de Jay y Wes. Esto es una idea cómo crean parte de lo que mostraron en la Múnich:




6) Recopilatorios y Nathan Rae. No podían faltar tras una EJC. No hay más que teclear "EJC 2011 Munich" en un buscador para que nos inunde un torrente de vídeos con mayor o menor criterio. Es la era de las cámaras en todos los rincones y las ganas de exhibirse que todo malabarista lleva dentro. Algunos suponen un gran recuerdo, la verdad. Estas son algunas de las que más me han gustado. Si queréis ver actuaciones sueltas de la EJC, Nathan Rae y su iniciativa jugglinglive.com, fueron los encargados de restransmitir en streaming los opening shows y las galas. En su canal de Youtube está subiendo muchas de estas actuaciones. ¡Que lo disfrutéis!







Y con esto prometo dejar de hablar de la EJC una temporada, ¡lo prometo!.


sábado, 27 de agosto de 2011

Nach München (rumbo a Múnich). Cap. III

Tercera y última entrega de esta larga crónica de lo que fue la EJC 2011 celebrada en Múnich. Espero no haber cansado a los lectores y sí haber reflejado de forma amena lo allí vivido. Aquí viene, tras el segundo episodio, la recta final.

El jueves era el día esperado por muchos: el de la Gran Gala, al menos el primero de los tres pases. Se organizaron actividades por la ciudad, fuera del OlympiaPark, como un flashmob en la plaza de los ayuntamientos y habilitaron espacios para actuaciones callejeras, pero todo el mundo estaba expectante y el día giraba en torno a la Gala. A las 19h estábamos convocados en la entrada del maravilloso e ilustre Circus Krone (¡qué mejor sitio!), bajo la estatua de Charlie Rivel, y la Gala no defraudó, un "galón" en toda regla.


Conducida por el soso Gregor Kiock, los encargados de abrir el pastel fueron los jovencísimos Etienne y Guillaume al diábolo, demostrando el brutal despegue del diábolo en los últimos años. Combos de tres diábolos con facilidad algo ensuciados por la falta de trabajo a la hora de presentar el número y los numerosos fallos (comprensibles por lo mucho que arriesgan). La siguiente fue la joven Svetlana Zueva, con una rutina que denota suavidad, elegancia y técnica rusa. Magnífica su rutina de pies. Tras ella vino la accidentada actuación de David Weichenberger, un austriaco kamikaze del monociclo que a punto está de partirse la crisma con tal de arrancar unos aplausos. Del país alpino vino el Duo Jonglissimo, una de las grandes actuaciones de la noche. Estos dos hermanos nos muestran su perfección técnica mediante una divertida y asombrosa rutina donde uno de ellos es un robot malabarista y el otro su inventor. Magnífica coordinación de sus mazas de luz y finalazo con su passing de 12 mazas en escena.

La representación alemana no podía faltar en esta gala, para ello trajeron el bizarro número de Jan Trukenmüller aprovechando su imposible anatomía; Marcos Furtnero, que no era otro que el alter-ego latino del omnipresente Markus Furtner, repitiendo, una vez más, su número de devil stick; y los magníficos Get the Shoe (Florian y Jochen), presentando su nuevo y enérgico número, esta vez con bolas y alguna que otra sorpresa. También con una mitad germana, el dúo Solstix (Valerie y Steve) nos demuestra que el bastón -o staff- también puede llevarse a grandísimos niveles, con una coreografía plagada de belleza y técnica. Una de las notas curiosas de la noche fue la presencia, por primera vez, de un número de poi en la Gran Gala; y fue la compañía germana Loooop la encargada de este honor al presentar su vistoso y original Tango a trois.

Desde tierras lejanas venía, con la etiqueta de innovador puesta, Komei Aoki. Este nipón se ha hecho muy popular gracias a su combinación de popping y el estilo japonés de malabares con tres pelotas (mezcla a la que él denomina Daggle). Increíble como consigue que hasta sus fallos se conviertan en aplausos. También del este, aunque algo más cerca, Ucrania, vino Koblikov con su conocida rutina del marinero. Corta, peculiar, sin fallos y con un final de una cascada de diez bolas en múltiplex, casi nada. El cierre de la gala quedó a cargo de los belgas Cirq'ulation Locale, con su número Gravity Rules, que integra una cama elástica, dos andamios móviles, muchas mazas y aún más dinamismo; buen broche, sin duda.

Me falta un número de la Gala por nombrar, y es que quería hacer mención a parte por ser, quizá, el que más me gustó de toda la EJC (y eso es mucho decir). El joven David Severins nos trae desde Holanda un bellísimo número de aros donde la conjunción de técnica, elegancia, armonía, sentido, buen gusto y poesía logran un todo que representa lo que un acto de malabarismo puede llegar a ser. Os dejo con un enlace a otra actuación de esta rutina, os puedo asegurar que en directo emociona:



Alucinados por lo que acabábamos de presenciar, volvimos al Olympiahalle para ver otro evento imprescindible: el Allstar Show, un conglomerado de los triunfadores de otras EJC. El show, que comenzó a las 12 de la noche y sirvió para confirmar que todo lo que presenten Wes Peden, Patrik Elmnert y/o Jay Gilligan sigue siendo recibido con un fervor casi religioso. La verdad es que siempre presentan algo diferente, con complicadas coreografías y secuencias, implicando mucho el cuerpo y la interacción entre malabaristas, combinado con una prodigiosa técnica. También sirvió para hacer ver que Lauge Benjaminsen sin su aspecto aniñado y su pose chulesca le hace falta trabajarse más los números (llenos de piruetas) para triunfar de verdad con el público; que a Luke Burrage su amor por sí mismo le supera y nos presentó un vídeo cantado de sus múltiples viajes; que Thomas Dietz se enfadó demasiado por no poder presentar su (poco elaborado) número de luz con oscuridad completa; que Marco Paoletti se piensa mucho los números, aportándoles con éxito expresividad y rueda cyr; y que el estilo de William Lin al diábolo, lejos de la experimentación francesa, sigue siendo potente y espectacular.

Wes y Jay (fotografía de Luke Burrage)

Ya sólo quedaba el último día, el sábado de olimpiadas, este año curiosamente algo desangeladas (sólo unas mil personas entre participantes y público), que terminaron con una lanzada que no cerraba el encuentro. Luego estaban las competiciones de monociclo con los hermanos Pöham copando los primeros puestos de todas las disciplinas; y para rematar la última noche de fuego, con un grandísimo espectáculo abierto a cualquier ciudadano que quisiera pasar por allí e hipnotizarse con las actuaciones.

Domingo de recogida, despedidas, de echar cuentas sobre todo lo que hemos visto y aprendido y con algo de tiempo para, al fin, ver algo de la bella -y lluviosa- ciudad que acogía esta gran EJC. Enhorabuena a los organizadores y a vosotros, lectores, por haber llegado hasta aquí. El próximo año es en Lublin, Polonia, espero que nadie de vosotros se lo pierda.



¡Salud y mucho circo!


Nach München (rumbo a Múnich). Cap. II

Tras una introducción a lo que es una EJC como evento, quería contaros un resumen sobre lo mucho que allí aconteció. Advierto que es largo, pero prometo que podría serlo mucho más y que he tenido que hacer un buen ejercicio de síntesis ante tanto evento y tanta gente reseñables.


Al contrario que en Vitoria (2009), aquí el pasacalles fue el segundo día de encuentro, bajo una fina lluvia que no intimidó a los cientos de malabaristas que nos congregamos para ir hasta la la König Platz a ver el Opening Show. Lo presentaba por el genial Schorsch Bross, un completísimo artista, políglota, curtido en la calle, lleno de humor y habilidades diversas que sabe cómo llevar al público (si no, mirad este vídeo). De este show destacaron Marcus Furtner, uno de los organizadores, que ha hecho una buena rutina de dos devil stick pero que repitió hasta 3 veces durante toda la EJC; y Elias, un chaval de unos 15 años que para llevar sólo dos haciendo malabares mostró una gran rutian de bolas.


Los Open Stage fueron, los primeros días, el gran atractivo de cada jornada. Organizados por Luke Burrage (encantado de conocerse) y protagonizados por artistas voluntarios sin más ánimo que el de mostrar sus habilidades, largas colas esperaban desde una hora antes de que abrieran las puertas de la carpa. Y eso que el nivel no siempre fuera el esperado por un público entusiasta y entregado. Parece ser que la tendencia es el aumento de números de poi (cariocas) y los de aspecto conceptual, lentos, como ocultando la poca originalidad con aparente trascendencia. Menos mal que hubo destacadas actuaciones que salvaron más de una noche: como la de Joëlle Huguenin, una suiza de tan solo 20 años con un extraordinario talento y gran sonrisa que sin duda dará que hablar; los mejicanos Jorge y Héctor (conejo lunar), con su estilo claramente influenciado por Wes Peden; Felix Feldman (foto), un viejo conocido del EUCIMA que actuó hasta tres veces y batió un record del mundo; Asaf con sus pois; Denis Paunier, con su número de yogur y cuchara o Kyle Johnson, un americano miembro de la Vulcano Propbox y que se está volviendo muy popular gracias a su visual estilo de bodyrolls y malabares con bolas amarillas. Me dejo muchos en el tintero, pero prometo una entrada hablando de gente que me ha gustado de la EJC.

No todo fue un camino de rosas para la organización, y el segundo día les esperaba una terrible sorpresa: a los responsables del Olympiahalle no les gustó nada que hubiera gente que durmiera allí o que se dejara a secar la ropa a resguardo de los intermitentes chaparrones que nos caían. Segundo día y el núcleo del encuentro cerrado a cal y canto, no más talleres, nada de tiendas, adiós a las galas y a quedarnos con sitio para que todos entrenemos, etc. Eso es lo que yo llamo una crisis. Menos mal que al día siguiente ya habían negociado que se reabriría, aumentando la seguridad (más si cabe), con registros a las mochilas de todos y permaneciendo cerrado de 4am a 8am. He encontrado un vídeo donde ironizan sobre lo sucedido (gracias a Nathan Rae).

Olympiahalle, en una gala.

El mismo lunes de reapertura del Olypiahalle, se celebra la reunión para elegir el lugar de la EJC de 2014 y vuelve a salir Irlanda (2006), por ser los únicos interesados; y es que hay que armarse de valor para tomar el testigo de este grandísimo evento. Por la noche pudimos disfrutar de la Bavarian Night, presentada por Schorsch Bross (genial, sin repetirse) y en la que se combinaban espectáculos típicos de la zona, como danzas, zancudos, banderas tirolesas e incluso una bonita coreografía con jarra de cerveza, con espectáculos de circo como el devil stick de Marcus Furtner (again) o un número brutal de 5 chicas sobre monociclos, realmente de lo mejor de la EJC, que dejó en pie a todo el público.

El resto de días de la semana se establecía una especie de rutina que consistía en ir a entrenar al Olympiahalle, asistir a algún taller, darse una vuelta por las tiendas atestadas de hippies consumistas, volver a entrenar, embobarse mirando los entrenamientos de algún que otro bichaco, volver a la Villa, comer algo, hacer cola para el Open Stage de turno y más tarde decidir entre la gala de turno, tomar cervezas en la carpa-bar o ir a la zona de fuego hasta que nos vencía el sueño. También se podía combinar con hacer otra cola para llevar tus mazas a reparar por Henry's, que siguen con su política de hacerlo gratuitamente en las EJC (tostipunto para ellos) .

Stefan y Cristiana

El martes las colas en la carpa de espectáculos fueron aún mayores de lo habitual. La razón: Stefan Sing y Cristiana Casadio iban a presentar su celebradísimo número de 2010, Tangram, alargado a una hora. Stefan es otro de esos malabaristas que parecen marcar el rumbo a seguir en el malabarismo, especialmente empeñado en combinarlo con danza y expresión corporal. El número con Cristiana es de una belleza tremenda, una larga coreografía con pinceladas de humor sutil, con una historia de fondo y momentos realmente especiales. Pese a todo eso, creo que al alargarlo han perdido algo de la fuerza del número original y el cambio de música en ciertas secciones conocidas te ratifican en esa sensación. Aún así, el éxito fue tal que al día siguiente tuvieron que repetir la actuación ante otro graderío abarrotado y encandilado.

Aún recuperándonos del show y del posterior Open Stage, nos citaban en el Olympiahalle para ver un Fashion Show, ideado por Intrika. Se trataba de un simpático teatrillo a modo de pasarela, donde artistas de renombre daban a entender que el malabarismo no estaba reñido con el buen gusto a la hora de vestirse.

Denis Paunier

El miércoles el plato fuerte era la Gala Made in Germany, que resultó un verdadero alarde de los grandísimos artistas de circo que tienen en Alemania. Tras una introducción con un malabarista (muy bueno) de cada región alemana -Mallorca incluída-, y entre gags autoreferidos a sus tópicos más típicos, comenzó un vendaval de artistas altísimo nivel. A los mencionados Stefan Sing y Felix Feldmann, se unían numerazos de vanguardia como los de Fabian Flender, Jochen Schell (y sus peonzas), Malte Steinmetz o Mathias Römir. Difícil encontrar otro país con tanto talento dentro, aunque siendo el lugar del mundo con más encuentros de malabaristas al año empieza a entenderse todo.



Con este vídeo de un usuario algo quejica acaba el segundo capítulo, os emplazo a leer la recta final de la ECJ, donde nos esperan los tres últimos días, los platos fuertes del encuentro: la Gran Gala, el Allstar show y las olimpiadas. (click aquí)

PD: Todas las fotografías, salvo la primera, han sido realizadas por Luke Burrage, bajo licencia Creative Commons. Aquí la galería.

domingo, 21 de agosto de 2011

Nach München (rumbo a Múnich). Cap. I

Con gran expectación aguardaba la llegada de mis vacaciones, no por estar cansado si no porque, de forma inesperada, me encontré con que podía acudir a la EJC (Encuentro Europeo de Malabaristas, y van 34) que se celebraba en Múnich del 6 al 14 de agosto y encima podría ir con amigos del CMU Chaminade. El día 5 de agosto me planté en el (enorme) aeropuerto de la capital bávara y tras unos amenos 50 minutos dando vueltas a las once de la noche me encontré con mis rescatadores: Jorge, Iván y Mario que me permitirían alojarme en su lujosa furgoneta con la que habían venido haciendo espectáculos callejeros desde Zaragoza (historia que contaré otro día).

Pese a lo enorme de un evento en el que se esperaban más de 5000 personas y ser en un parque como el Olympia Park, sede de los Juegos de Múnich '72, la señalización era más bien escasa y tuvimos que dormir, junto con otros malabaristas, fuera del recinto por no encontrar la entrada. Luego supimos que la legislación alemana impide poner carteles alegremente por las calles. Durante todo el encuentro pudimos comprobar la pasión germana por las normas y su incapacidad para flexibilizarlas (algo malo tendrían que tener). Tras un recibimiento lluvioso, el sábado dió una tregua y amaneció despejado, era el día para inscribirse, dar una vuelta por las instalaciones y buscar el mejor sitio para las tiendas y la furgoneta. Comenzaba la aventura.


Las instalaciones eran realmente impresionantes, siendo un gran punto a favor para la sufrida organización. El Olympia Park es un bonito parque muy cerca del centro de Múnich con sitio de sobra para celebrar una EJC y además un Sommerfest sin problemas. En él habían dispuesto varias zonas de acampada, zonas para caravanas, dos zonas para monociclistas, un supermercado con precios populares (extraordinaria idea), duchas y baños portátiles aceptablemente limpios y una enorme explanada que apodaron como EJC Village y constaba de: una carpa para la celebración de los Open Stages, una carpa bar, una carpa Renegade y otra para espectáculos diversos, una zona de puestos de comida con descuento para malabaristas, zona para malabares de fuego, zona chill-out y tres pistas de volley-maza, casi nada. Para rematar este despliegue quedaban el Werner-von-Linde Halle, un pista cubierta con suelo de tartán ideal para los talleres de acrobacias y la joya de la corona: el Olympiahalle. Se trata un enorme estadio olímpico donde se celebraban la mayoría de talleres, en cuya pista estaba la zona de entrenamientos 24 horas, zona de internet, punto de información, galería de tiendas; básicamente el núcleo de todo el encuentro, aunque situado a 15 minutos andando de la EJC Village.

Mención aparte merece la preocupación de los organizadores y voluntarios por informar siempre con una sonrisa en la cara y por su utilización de las nuevas tecnologías. Dispusieron de varias pantallas tanto en el Olympiahalle como en la Villa donde informaban de los talleres y actividades del día siguiente; además de establecer dos puntos de Wifi gratuita para los asistentes y emitir muchas galas en streaming a través de la página jugglinglife.com. Como detalle a agradecer, montaron un sistema de carga de dispositivos electrónicos, sin los que ya no sabemos vivir. Lo del supermercado y las duchas con agua caliente (según la hora), fueron otros pequeños elementos que hacen grande un encuentro.

Carpa Open Stage y de fondo la carpa-bar y los puestos de comida.

Las estimaciones hablaban de batir el récord de asistentes a una EJC (en vigor por Karlsruhe 2008, también en Alemania, 6600 participantes), pero la cifra se quedó en "sólo" unos 5000 malabaristas, aproximadamente. Con semejantes instalaciones no se aglomeraba la gente en prácticamente ningún momento, salvo en ciertos talleres muy populares o en la entrada de los primeros Open Stage, donde casi te obligaban a hacer cola desde una hora antes de la apertura de puertas para evitar no quedarte fuera. Y es que la carpa de los Open Stage estaba muy bien acondicionada pero sólo permitía la entrada a unas 2000 personas (algo apretadas), lo que provocó suficientes quejas como para que los organizadores se plantearan ofrecer Open Stages paralelos para los que se quedaron fuera. Fuera de estas pequeños descontentos, la respuesta de los asistentes fue tan positiva como acostumbra en estos eventos: muy buen ambiente, ganas de conocer gente, interés por participar en las actividades y ayudar a los voluntarios. Hay que recordar que pese a las dimensiones del encuentro, nadie gana dinero con ello, todo son voluntarios y se realiza por malabaristas para malabaristas, con el único afán de promocionar este particular arte.

Imagen de Benjamin Redmon

Puestos ya en situación de lo que era la EJC, os invito a ver la siguiente entrada sobre lo que tuvo lugar en este gran encuentro. No sin antes ofreceros a dar una vuelta en monociclo por la EJC Village.