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jueves, 30 de noviembre de 2017

Ración de vídeos del mes. Noviembre de 2017

 Uf, cómo pasa el tiempo, ¿que no? Lo vas dejando lo vas dejando y ¡zas! ya están las luces de Navidad. Y la ración sin servir. Lo peor es que no la sirvo desde verano, así que toca que sea contundente, de comer con cuchara, que es lo que apetece ahora. Habitualmente aquí hago un repaso de la actualidad, pero oye, de Cataluña se ha hablado mucho (y lo que queda) y no pasa nada por no saturar más. De la sequía ya toca volver a concienciarse y exigir que haya medidas estatales que no vayan encaminadas a "educar" al ciudadano, habrá también que limitar los regadíos, mejorar la canalización de agua, etc. De esto ya habló hace años Albert Pla, un tema gravísimo. Pero bueno, a lo que vamos, una ración rica de circo de lo más variado. 

Pasen, hay sitio al fondo

1) Wes Peden. Pues sí, ha vuelto a estos lares. Pese a ser hiperactivo y sacar mucho material, lo cierto es que todo lo que saca es oro puro. Está a otro nivel y se empeña en recordárnoslo. Ya hablé de él y su último proyecto: Gumball. Ahora nos regala la versión completa de Water on Mars, con Patrik Elmnert y Tony Pezzo. Id sacando palomitas.



2x1, también ha liberado un extracto de Between Someoneson's junto con Patrik. Belleza pura en la sincronía.



2)  Cía Kadavresky. Rutina de baile con esquíes sobre suelo. Bello e hipnótico, deja con ganas de mucho más y de saber cuántos esquíes habrá roto con el mortal. A mí me ha resultado una mezcla preciosa de las extintas competiciones de ski ballet y de los zapatones de Willie Hall.


3) Emmanuel Pérez. Es un malabarista y diseñador gráfico francés que hace malabares de rebote. La verdad es que compagina plenamente sus dos trabajos ya que en sus malabares se refleja claramente el gusto por lo estético. Todos sus vídeos son una maravilla llenos de trucos preciosos, con mínimos instantes de belleza, como flashes que te van abriendo los ojos. Lástima que ya se prodigue poco subiendo material.




4) Duo ELJA. Dúo de trapecio desde alemania. Curtido en las interminables giras de Saltimbanco, del Soleil, aparece este numerazo lleno de fuerza, riesgo y una estética muy consolidada. Chapó.



5) Ori Roth. Ya se lo avisó Luke Burrage en aquél ranking (min   ): "stop taking trippy drugs!". El bueno de Ori no ha dejado las drogas, al parecer, porque el último vídeo es muy psicotrópico. Un estupendo viaje a un ritmo frenético. Psicodelia y malabar, una maravilla, un alarde de edición. Como han dicho en los comentarios: "instant classic", un clásico desde ya.


6) Peejay. Es el pseudónimo de Pieter-jan Hoornaert, un malabarista holandés con un variado gusto circense. De sus vídeos me quedo con este experimento que mezcla cigar-boxes con formas del Tetris.



7) Oldie del mes. Una hora de grandes clowns en sus diferentes actuaciones en el Cirque Royal de Estocolmo. Toca hacer nuevas palomitas.




Chupitos, Gifs y bombones.
Espero que hayan quedado satisfechos.


¡Salud y mucho circo!

viernes, 24 de noviembre de 2017

Dejar Zirkólika

Hale, ya está, ya tomé la decisión. El actual número 54 de la revista Zirkólika ha sido el último en el que colaboro. Ha sido una pregunta que me rondaba desde hacía meses pero que no me atrevía a afrontar. Curioso cómo funciona a veces la cabeza, huyendo de intentar resolver una cuestión que sabemos nos llevará tiempo hacer.



Al final hice esa reflexión, me di cuenta que escribir para Zirkólika había pasado a ser una cosa que "tenía que hacer", dejando de ser algo que me "encantaría hacer". Lo importante es darse cuenta, da igual cuándo. Así que tras un tiempo pensándolo lo hice, aunque a sabiendas de que no había un motivo concreto, sino ese sutil cambio entre la voluntad y la obligación. Esa leve desmotivación con un proyecto que sentía podía suponer un pequeño lastre la actividad de la revista, cosa que no querría por nada en el mundo.

Esto siempre lo he hecho por placer, porque me gusta escribir y porque me permitía conocer mejor el mundo del circo que tanto disfruto. Desde aquí sólo puedo tener palabras de agradecimiento a Zirkólika y su equipo. Lo suyo fue una confianza en una persona sin apenas bagaje circense y que ni siquiera era periodista. En aquél 2010 en que empecé a escribir allí sólo contaba con unos meses de Malabares en su Tinta en mi mochila. Además, en esa confianza me dieron también una libertad absoluta a la hora de proponer temas, elegir objetivos y en mi forma de escribirlas. También me han defendido cuando ha habido algún malentendido con ciertas personas por lo volcado en mis artículos. Por fortuna estas han sido ocasiones contadísimas y son ya muy lejanas.

Por supuesto, en toda relación hay altibajos y con Zirkólika no ha sido diferente. Hay desavenencias que a veces son inevitables, pero que con diálogo y sensatez se solventaron sin problemas. El conjunto ha sido extraordinario, siete años en los que he disfrutado muchísimo, he aprendido una barbaridad. Siete años que me han permitido ver muchísimos espectáculos de lo más variado, descubrir a artistas increíbles, conocer directores e instituciones, viajar a festivales, aprender cómo funciona a veces el circo por dentro, etc. Y también conocerme mejor a mí mismo y mi forma de escribir.


Aunque suena a despedida total, no pretendo que sea así. El tiempo que puedo dedicar al circo se va a ver algo limitado dentro de unos meses (por circunstancias vitales y laborales), sin saber si voy a poder recuperarlo, así que prefiero por el momento dedicar este poco tiempo a escribir en esta casa y seguir trabajando en diferentes proyectos. No querría cerrar la puerta completamente, ya que ha sido una etapa muy estimulante en mi vida y que sin duda me ha ayudado mucho a formarme y consolidarme, por lo que dejo un resquicio a futuras colaboraciones. 
 
Seguiré siendo suscriptor de la revista y seguiré viendola crecer. Considero importantísima su labor como medio de información profesional de las artes circenses en nuestro país. La defenderé y promocionaré porque considero que una revista como esta, con diez años de historia y subiendo, debe existir y ser valorada.

Así, un agradecimiento más a modo de despedida, de cambio de etapa, uno más en este frenético 2017 que me estoy marcando. Gracias Vicente, gracias Marcel, gracias Zirkólika, un placer.

jueves, 2 de noviembre de 2017

Cuando el circo deja paso al juego

El circo es riesgo, es asombro, es el más difícil todavía, es buscar los límites. Además es sacrificio, esfuerzo, dolor y sudor; pero por suerte también son sonrisas, ilusiones, aplausos y disfrute. En torno a estos cuatro últimos adjetivos parece girar el espectáculo "A simple space", de la compañía australiana Gravity and Other Myths (GOM). O al menos eso es lo que se percibe al ver al público saltar de sus asientos para aplaudir entusiasmado al terminar el show y dirigirse a la salida entre sonrisas y comentarios de asombro.



Un espacio simple, apenas un cuadrado de 4x4 metros, con unos simples focos blancos en las esquinas y una batería y sintetizador en uno de los lados. El público muy cerca, y los artistas al mismo nivel, con un vestuario cuidadosamente simple también. Salen los artistas, secundados por el magnífico músico (y showman) Shenton Gregory a la percusión y efectos sonoros. Sonríen, respiran y se ponen a jugar.



Ese podría ser un buen resumen. Es el juego hecho circo, el disfrute de la acrobacia que traspasa ese espacio simple y llega a un público que se divierte casi tanto como los integrantes. Bajo la dirección de Darcy Grant, el elenco alterna exhibiciones con absurdos retos entre ellos, algunos de los cuales implica llevar sus cuerpos al límite. En ocasiones sirven para enlazar esa idea con la siguiente parte de acrobacia, en otras para que ellos tomen aliento y rompan un poco el trepidante ritmo.

Hacer un perrito con globo con las manos en la espalda, saltar a la comba a toda velocidad hasta fallar, aguantar la vertical mientras el público te tira una lluvia de pelotas de plástico, saltar desde la espalda de un compañero a la del otro cada vez a mayor distancia, ver quién realiza más mortales seguidos. Son algunos de los ejemplos de los retos a los que se somenten, y por los que el perdedor tendrá que realizar alguna acción, o no, a veces el propio reto es un fin en sí mismo. No parece importarles, se están divirtiendo.



Y luego está la acrobacia. Que el ambiente distendido no distorsione la realidad. El nivel técnico es altísimo y parecen dominar muchas variantes a la vez: torres humanas donde el papel de ágil y portor se difumina e intercambia, mano a mano con un elegante Lachlan Harper como ágil, banquinas muy bestias con vuelos cruzados, un solo de verticales impresionante de Mieke Lizotte y el asombroso final con los "escomos" (esas figuras donde los portores balancean a las ágiles de sus extremidades, ver min 1:50 de la siguiente promo), que es un gran ejemplo de cómo sacar todo el jugo posible a un concepto.



Así es "A simple space", juego, mucho juego. Entre sus respiraciones, sudores y jadeos, amplificados para aumentar la cercanía, destaca la sonrisa permanente de los artistas, señal de que realmente están disfrutando con su trabajo, casi más que el público que asiste embelesado a sus diabluras. Todo un acierto por parte del Price programar a estos australianos locos en Madrid. Desde aquí animar a todo el mundo a que no se lo  pierdan si tienen la oportunidad, no se arrepentirán.


Ficha Artística (en la gira en Madrid):
  • Lachlan Binns
  • Jascha Boyce
  • Mieke Lizotte
  • Lachlan Harper
  • Jackson Manson
  • Jacob Randell
  • Martin Schreiber
  • Elliot Zoerner