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jueves, 7 de enero de 2021

Un top 40 diferente

 

El pasado 31 de diciembre se publicó la lista completa del Top 40 Jugglers de 2020, organizado por Luke Burrage. No hay más que echar un vistazo rápido para observar una gran diferencia, ¿lo notáis?


El Top 40 es un ranking de los malabaristas más populares del año, que organiza desde hace 12 ediciones el malabarista inglés Luke Burrage. Se basa en votaciones que hace la gente en los comentarios del vídeo donde se anuncia en Youtube. Hasta este año, la votación había consistido en que cada uno podía poner 10 nombres a su libre elección. Luke siempre ha insistido por activa y por pasiva en que no se trata de una clasificación de los malabaristas que uno considere mejores a nivel técnico, sino de los que más le hayan gustado a uno ese año por el motivo que sea. No es un ranking de calidad técnica, sino de popularidad. 

Lo cierto es que es una clasificación muy esperada cada año por toda la comunidad circense, porque siempre se descubren nuevos talentos y porque siempre queda la duda de si alguien podrá ese año derrocar a Wes Peden de ese primer puesto que ha conquistado tantas veces. Pero este año, ya desde el anuncio del ranking, Luke avisó de un pequeño gran cambio:


Efectivamente, este año no se podrían votar 10 malabaristas y punto, sino que aparecía una nueva regla: solo se podía votar un máximo de 5 hombres y 5 mujeres. ¿De dónde viene este cambio? Hay que remontarse al 1 de diciembre de 2020, cuando la malabarista alemana Ariane Oeschner hizo esta propuesta en el grupo de Facebook Juggling Home, punto de reunión para malabaristas muy popular en esta red social: 

 


 Traducción (libre): ¿qué pasaría si por los próximos años aplicamos una cuota de mujeres al top40? (...)

Lo que parecía una cuestión inocente desató una cascada de más de 500 comentarios, donde mucha gente (mayoritariamente hombres) se rasgaba las vestiduras alegando que eso era alterar la clasificación y que sobre-representaría a las mujeres malabaristas, que en realidad son menos numerosas. En el post se podía una gran diversidad de opiniones: hombres y mujeres que aplaudían la iniciativa ya que esto daría más visibilidad a las mujeres malabaristas y consecuentemente animaría a más mujeres a practicar y entrenar; mujeres (algunas tan relevantes en el mundillo como la estadounidense Delaney Bales) que rechazaban la división pues no querían ser reconocidas "por ser mujer" sino por el resultado de su esfuerzo y entrenamiento; otras mujeres (como Taylor Glenn, otra conocida malabarista de los EEUU), que explicaban que el sexismo en el malabarismo existe igual que en el resto de aspectos de la vida, que una mujer en este ambiente lo tiene más difícil (dando ejemplos de sus propias experiencias) y que las quejas airadas de muchos hombres en esa discusión no hacían más que darle la razón, por lo que esta "cuota" la encontraba muy necesaria. Otras voces se preguntaban si no sería mejor hacer un top 40 de mujeres y otro de hombres, y algunas personas cuestionaban el cambio alegando (forzando un poco el discurso, hay que reconocer) que también habría que hacer cuotas de otras minorías como personas no-binarias, razas, gays, etc. Quien tenga un rato puede leer todos los comentarios aquí: 

 

https://www.facebook.com/groups/JugglingHome/permalink/3387398994818026


El hecho de que una simple cuestión haya generado un debate tan intenso no hace más que reflejar que hay un problema aún por resolver con el sexismo en los malabares. Es cierto que es una disciplina circense mayoritariamente practicada por hombres, sobre todo a nivel profesional. Esto no debería suponer un problema, ya que cada disciplina, al igual que cada profesión, tiene sus ratios (hay más mujeres en los aéreos, más mujeres antipodistas, más mujeres que practican hula hoop, etc). El problema surge cuando esta diferencia implica que una mujer tiene que esforzarse más para conseguir los mismos resultados que un hombre, lo cual parece suceder. No hay más que ver el número de mujeres que aparecían en el top 40 en los últimos años

2014: 3

2015: 3

2016: 1

2017: 5

2018: 8

2019: 9

Consciente del maremoto que genera este cambio en una "institución" como es el Top 40, Luke en su vídeo del 1 de diciembre insiste en que es un experimento para divertirse y que todos tengamos en mente que de este experimento podremos aprender si no sale bien. Lo hace, dice, por ser un pequeño aporte para tratar de reducir las desigualdades en el mundo del malabarismo. 

 


 ¿Y cuál ha sido el resultado? Pues un top 40 con muchas más mujeres (21, para ser exactos), con muchas nuevas entradas y más diversidad de estilos. Además, ha sucedido lo impensable, tras años de reinado absoluto, el primer puesto ha sido para alguien distinto a Wes Peden, en este caso la mencionada Delaney Bayles. De hecho hay 6 mujeres entre los 10 primeros, 2 en el top 3. Tras la publicación del vídeo final, Luke hizo un vídeo en directo para responder preguntas y ha emitido un largo comentario para explicar los resultados desgranados en distintas estadísticas muy interesantes. En este comentario también hace referencia a si bien los malabares entendidos como deporte y técnica pura sí parece que hay una ventaja física por ser hombre, el malabarismo es mucho más que eso y este ranking es solo de popularidad, por lo que los géneros deberían estar distribuidos de forma más equitativa.


Queda como incógnita saber si este cambio ha llegado para quedarse. Lo bueno es que ha servido para ver a más mujeres haciendo malabares y descubrir a nuevos talentos. También para mostrar que aún hay que trabajar un poco el sexismo en el ámbito de los malabares, porque tanto comentario indignado por un ranking que no deja de ser privado y que Luke elabora solo por amor al arte, solo refleja que hay camino por andar. Lo cierto es que también es enriquecedor ver en un mundo tan pequeño como el del malabarismo debates sobre cuotas, géneros, injusticias y demás. Lo que parece claro es que si se realizan más acciones de visibilización de la mujer, sin caer en cuotas o discriminaciones positivas abusivas, pronto no harán falta porque ya estaremos más acostumbrados a ver los malabares más allá del género y la distribución se igualará sola.

Delaney Bayles. Foto: Emory Kimbrough

 Desde aquí mi reconocimiento a Luke por organizar cada año el Top 40 de manera totalmente desinteresada y atreverse a hacer pequeños cambios que, salgan bien o mal, solo pueden enriquecer a los malabaristas.


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