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martes, 24 de junio de 2014

El mundo bocabajo (I): Introducción. Por Iván G. Torre

Tengo la suerte de tener amigos que les gusta el circo y que saben mucho sobre ello. Y me encanta preguntarles sobre sus disciplinas y aprender y contagiarme de su placer por ellas. Este es el caso de Iván G. Torre, al que ya le dediqué una entrada hace tiempo. Iván está creciendo a un ritmo imparable como verticalista, así que aproveché para que me echara una mano con el blog y escribiera sobre sus conocimientos en verticales. Se lo ha trabajado y escribió tres entregas, donde repasa diferentes técnicas, entrenamientos y artistas de verticales. Un lujo. Muy agradecido Iván, espero que vosotros lo disfrutéis tanto como yo. 

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Verticales, equilibrio de manos, parada de manos, handstand, handbalance, clavo o simplemente hacer el pino. Un montón de nombres diferentes para hablar de lo mismo: dejar de guardar nuestra habitual posición bípeda y soportar todo el peso del cuerpo sobre las manos. Ejercicio que probablemente todos vosotros hayáis practicado en más de una ocasión cuando erais pequeños. Las verticales son todo esto y mucho más.




Comencemos conociendo algunas figuras básicas y la mecánica de esta disciplina acrobática.



La vertical simple consiste en mantener el equilibrio invertido con piernas estiradas y juntas. Las muñecas, hombros cadera y tobillos deben formar una misma línea. Los codos están estirados, las palmas de las manos se apoyan totalmente en el suelo distanciadas entre sí apenas 20 cm, de forma que cada hombro esté justo alineado encima de su correspondiente muñeca. Las piernas, además de estiradas, también están juntas y, finalmente, los empeines y dedos de los pies se retraen formando las características puntas de baile o gimnasia. La vertical simple ya no parece tan simple y es que, al contrario que en otras disciplinas, realizar correctamente el elemento básico conlleva más dificultad que practicar alguna de sus variaciones y trucos. Como curiosidad, en el código de gimnasia artística masculina (GAM) mantener la vertical durante 2 segundos se valora en 0,1 puntos (la puntuación máxima de un ejercicio es 0,6) durante los ejercicios de suelo.



Para intentar comprender mejor el movimiento vamos a realizar un breve repaso de la mecánica que tiene detrás.

Momentos handbalancer.





Para que la persona (un cuerpo simplemente apoyado) esté en equilibrio, su centro de masas (COM) ha de estar alineado sobre sus manos (base). Cumpliendo esta simple hipótesis, cambiando la posición de hombros, cadera y piernas existen infinidad de puntos de equilibrio. Hay que notar que el centro de masas del verticalista estará más cerca del suelo cuanto más abra o recoja las piernas. El segundo concepto que rige el equilibrio es el momento de fuerza. Si sujetamos un objeto pesado con la mano a la altura de nuestra linea de visión, realizaremos más esfuerzo con el brazo estirado que con el brazo doblado. Esto es porque el momento es proporcional a la fuerza multiplicado por la distancia. El objeto ejerce un “peso o fuerza” hacia el suelo y la distancia del objeto al hombro es la longitud del brazo. Para que el objeto no se caiga al suelo los músculos del hombro realizan un momento que se opone al de la bolsa (peso multiplicado por la longitud del brazo). 


Volviendo a las verticales, si simplificamos diciendo que el equilibrio se guarda con la fuerza que realizan las muñecas, cuanto más cerca este el COM del cuerpo al suelo, menos fuerza y más fácil será mantener la figura cuando el cuerpo se desvía ligeramente respecto de su equilibrio. De aquí subyace la idea de que hacer el pino con las piernas abiertas es más fácil que hacerlo con las piernas juntas. También indica que ser bajo, ligero, fuerte y flexible (para abrir más las piernas por ejemplo) son características que ayudarán a un verticalista. Sin embargo no todas ellas se adquieren entrenando ni son compatibles entre sí. 


La ecuación de los momentos del handbalancer es ligeramente más complicada pues además de las muñecas el cuerpo tiene otros ejes de giro principales: hombros y cadera y otros ejes de giro secundarios (normalmente están bloqueados): codos, espalda y rodillas. Como tampoco hace falta estudiar una carrera para hacer el pino sigamos conociendo otras figuras básicas:



Vertical bien hecha



Agrupado: Consiste en tener las piernas agrupadas de forma que los talones estén pegados al culo y las rodillas pegadas al cuerpo. Requiere bastante flexibilidad de hombros, porque para mantener el equilibrio en esta posición hay que sacarlos considerablemente. Es una figura muy didáctica cuando se está aprendiendo, porque ayuda a interiorizar las posiciones básicas del cuerpo.


Agrupado





Vertical en segunda o split frontal. Partiendo de la figura básica se consigue separando las piernas. Es uno de los primeros ejercicios que se consiguen aprender, aunque para realizarlo correctamente los tobillos, la cadera y los hombros han de guardar la misma línea. Además, una segunda perfecta (180º de apertura de piernas) requiere entrenar mucho la flexibilidad.



Split frontal



Spagat o split lateral: Consiste en abrir una pierna hacia delante y otra hacia detrás de forma que entre sí formen 180º. Es una figura de dificultad similar a la anterior.



Spagat



Corza: Variación del spagat, de forma que la pierna posterior se agrupa y pega su talón al culo. Para realizarla correctamente ambos pies apuntan hacia el mismo lugar haciendo que las piernas formen una misma línea.


Corza


Siete: Aunque se considera una de las figuras básicas durante el aprendizaje su dificultad es bastante elevada. Consiste en mantener el equilibrio de forma que las piernas cerradas y totalmente estiradas estén paralelas al suelo. Para que el centro de masas se mantenga sobre los hombros, la cadera se desplaza en dirección contraria a los tobillos. Requiere flexibilidad (en hombros y carpado), técnica y fuerza.



Siete



Escuadra: Es una variación de la figura del siete. La diferencia es que en este caso las piernas en vez de estar cerradas, se abren. Al abrir las piernas, su centro de gravedad se sitúa más cerca de la línea de los hombros, por lo que no es necesario desplazar tanto la cadera. El error más frecuente suele ser no dejar las piernas paralelas al suelo, haciendo una especie de figura que se queda a medio camino de la escuadra y la vertical en segunda.

Escuadra



Mexicano. Comenzando desde la vertical se empuja con los hombros como si se quisiera tocar con el pecho el suelo. Para que esto sea posible, simultáneamente las piernas totalmente estirada van desplazándose en dirección contraria hacia el suelo (como si se quisiera hacer pino puente). El punto límite en este ejercicio es la flexibilidad que el verticalista tenga en la espalda (cuánto de cerrado pueda hacer el puente). Variaciones de este ejercicio consisten en realizarlo con las piernas abiertas o dobladas.

 
Mexicano (extremo)


 
Y hasta aquí la primera parte. Para seguir aprendiendo sobre verticales, visita la segunda parte

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