Entradas populares

lunes, 30 de noviembre de 2015

Ración de vídeos del mes. Noviembre 2015

 Esta vez la ración es colaborativa. Resulta que uno es aficionado, casi obsesivo, de los vídeos de circo. Afición que intento contagiar a través de estas raciones y a través de la página de Facebook del blog. Resulta que uno tiene amigos que también son aficionados obsesivos, unos ya de origen, otros se han ido convirtiendo con el tiempo a esta fe. Así, sabiendo de estas obsesiones, decido convocar una tarde de circo, de vídeos de circo. Entre todos elegimos muchos vídeos y pasamos la tarde viéndolos y comentándolos, aprendiendo y disfrutando de esto que tanto nos gusta. Estos son algunos de los que vimos. Mil gracias a esa gente que decidió pasar una tarde de domingo viendo vídeos de circo entre amigos. Habrá que repetir.

Pasen, hay sitio al fondo.

1) Marie-Ève DicaireBailarina reconvertida al circo en la escuela de Montreal, se especializa allí en el equilibrio de manos. Tras pasar por numerosos circos contemporáneos de gran renombre, desde 2012 actúa en el Cirque Plume. Allí muestra este precioso número, donde destaca esa facilidad para realizar figuras complejísimas, sobre todo a una mano. Elegante y muy, muy buena. Gracias Amaya.




2) Yana Kudryatseva. La reina indiscutible de la gimnasia rítmica actual. Con sólo 18 años ya ha ganado 3 veces seguidas el mundial de gimnasia, en el último ganando 5 oros. Parte de su éxito radica en, a parte de su extraordinaria técnica, en sus novedosos movimientos, como el spinning del minuto 1:32 del vídeo. A mí, que hace tiempo que veo la gimnasia con otros ojos, me ha encantado.Gracias Iván.


3) Yann et Greg. Yannick Thomas y Gregory Arsenal, integrantes del Cirque Le Roux, franceses que se encontraron en Montreal. De allí salieron con su mano a mano bien engrasado, listo para triunfar en festivales como Cirque de Demain y Sol y Circo. Esta es la actuación en la 31ª edición del primero, donde merecidamente ganaron un bronce. Uno de esos números que te atrapa y al terminar sólo puedes decir: "joder, qué bonito". Gracias Clara




4) Guillaume Karpowicz y Teemu Riihelä. Karpowicz es bien conocido en el mundillo del diábolo por su nivelazo, sobre todo en los números altos (traducido: lanzar muchos diábolos altísimo como si nada), también ha aparecido alguna vez por este lugar. Suele sacar vídeos que causan mucho revuelo, por lo novedoso y por su gran nivel. Ahora nos sorprende con esta combinación inédita de diábolo y trapecio washington (ejecutado por Teemu, un BBoy finés reconvertido al circo). No voy a añadir mucho más, sólo espero que se os queden tantas ganas de verlo en directo como a mí. Gracias Miguel


5) Charles Eric Bouchard. Nivelazo también el de este artista, que aún está en su periodo formativo. La cuerda lisa es una disciplina difícil, en ocasiones poco agradecida por ser menos vistosa que otros aéreos. Bouchard consigue fascinar y dejar con ganas de más.Gracias Chispu.




6) Troupe Kovgar. Puro estilo ruso. La troupe formada por el exgimnasta Andrey Kovgar, integrando a otros gimnastas con la idea de hacer una gran compañía. El número conjuga varias disciplinas clásicas, como la báscula, los saltos en zancos, las banquinas, etc; llevándolas a ese límite absurdo que sólo los rusos y los chinos conocen. Maravilloso. Gracias María



7) Collectif Petit Travers. El nuevo espectáculo de esta bella compañía francesa de malabaristas se llama Nuit. Su estilo es inconfundible e hipnotizante. A sus lanzamientos coreografiados dando la espalda al público han añadido toques de magia y una bonita escenografía. Imprescindibles en el mundo malabar. Gracias Carlos.



8) Rudi Macaggi. Acróbata italiano de familia circense, autodenomina su disciplina como "acromedia". Un loco de esos que sacan ese puntito que sólo da el circo. ¿Por qué hacer esa locura? Porque es circo. Gracias Chuspi.


Esto y mucho más se vio en la "velada cirquera". Espero que sus estómagos hayan quedado saciados

¡Salud y mucho circo!

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Cuatro años de La Pértiga

La Pértiga es un pequeño espacio de circo en Madrid. Nació hace 4 años con la ilusión de unos pocos de tener un espacio para entrenar y poco a poco se ha ido transformando en un lugar de entrenamiento, de aprendizaje y de cabarets. En estos años ha conseguido consolidarse y ser parte de la actualidad circense madrileña. Así, en la pequeña calle Albéniz, junto al metro Alto de Extremadura, tras un gran portón negro, se esconde un pequeño gran lugar de circo. Una de sus organizadoras, Inma "Malala" Ricoy, nos cuenta por entrevista electrónica qué es La Pértiga y su evolución en estos 4 años.



¿Cómo nace La Pértiga?
El germen de La Pértiga nace en Septiembre de 2011, cuando Tincho -Fontalicio- decide que quiere tener un galpón [construcción grande y techada destinada a diversos usos, tipo granero] para entrenar circo, algo común en Argentina. Primero convenció a Julián y a Bugo y después nos lió a todos. Y nos pusimos a buscar espacio, buscando un lugar para vivir y entrenar. Al principio éramos Tincho, Fa, Ale, Juli -todos argentinos-, Bugo -italiano- y yo -la "gashega".
Yo personalmente llevaba mucho tiempo haciendo cositas de payasa y animación. Al llegar a Madrid me apunté a Carampa y a la EMCA, donde hice aéreos, acrobacia excéntrica, pantomima, etc. Aquellos días yo salía con Julián, que me propuso formar parte de esto; sé que fue porque era la única que en aquel momento tenía un contrato de trabajo en vigor que nos pudiera hacer de aval, pero aquí sigo.

¿De dónde viene el nombre?
Cuando ya entramos en la nave, había un cartel de "se alquila" muy cutre que estaba pintado por detrás de lo que había sido un cartel promocional de un libro "La Pértiga del Funambulista" (Berta Tabor, 2007). Cuando nos pusimos a buscar el nombre para la Asociación, y después de pensar mil y uno, decidimos que "La Pértiga" no estaba mal y tenía un punto. Y ahí realmente nació "La Pértiga" como tal.



¿Habeis tenido problemas legales al crear y desarrollar el espacio?
Por ahora no, toca madera. Yo me he hecho en este tiempo un máster de "Trámites con la Administración" y por ahora tenemos todos nuestros papeles en regla. Nosotros funcionamos para dentro, todo se hace por y para los socios. Es un espacio privado, además de Asociación si Ánimo de Lucro. Pero bueno, fueron muchos paseos por pasillos con mi carpetilla para tenerlo todo claro.
Sí tuvimos problemas técnicos, sobre todo con la instalación de luz y agua.
El dueño nos dijo que era sólo hacer una llamada y dar el alta, pero resulta que la instalación estaba vieja y había que hacer de nuevo el armario de la luz y Fenosa nos estuvo dando vueltas durante un par de meses o 3 que fueron un infierno. Imagínate: invierno, en Madrid, sin luz, ni calefacción, ni agua caliente... Yo me iba a duchar a Carampa porque en aquella época trabajaba en una productora y tenía que tener una imagen medio presentable.


¿Por qué dar clases de circo?
Porque hay demanda, básicamente. En principio el tema de la Asociación lo pensamos para nosotros, ensayar, entrenar, tener nuestras cosas. Poco a poco vino gente preguntando por el espacio para impartir clases. Nos lo planteamos y ahí fuimos, de cabeza. Realmente no tenemos un planteamiento de Escuela de Circo como puede tener Carampa, nuestros cursos son cosas chiquititas, gestionados por los profesores, según van saliendo, no hay un plan de estudios ni nada por el estilo. De hecho en algunos de los talleres somos alumnos los de la casa y un par más. Pero no nos consideramos Escuela de Circo ni funcionamos como tal, eso lo dejamos para nuestros hermanos mayores. Nosotros nos llevamos un porcentaje de lo que saca el profesor, que da para cubrir gastos y poco más. Los profesores definen los horarios, precios, duración y contenido de la clase, según sus propios criterios.



La Pértiga en sus primeros días


¿Qué ideas iniciales habéis mantenido y cuáles habéis tenido que cambiar?
  Pues relacionado un poco con esto de las clases, lo de que la nave sea estrictamente nuestra. En principio iba a ser para nosotros, pero nos hemos ido abriendo a más usuarios y cursos. A día de hoy la nave ya no es nuestro hogar, es un espacio en el que hay más gente de fuera que de la casa. No te niego que a veces la atravieso en bata y pantuflas si hace falta pero bueno, te cuidas más y no es lo mismo que ser sólo los de la casa. En ocasiones da pereza, si te has acostado tarde, despertarte a las 10 con la música de la gente que entrena. Pero estamos contentos con los cambios que han ido viniendo, nos adaptamos.  

¿Algún proyecto interesante que os hayáis quedado con ganas de realizar? 
La nave iba a tener un estudio de sonido, para sala de ensayo de música y grabaciones. Esto es porque Juli, uno de los socios fundadores, es técnico de sonido y era su idea inicial. Cuando vimos que el proyecto era irrealizable, por caro, complejo y por restar mucho espacio a la nave, decidió desvincularse del proyecto para buscar donde montar su estudio. Actualmente lo tienen, muy cerquita de aquí, Colectivo CenikaBuena y Chiplab, y nos siguen echando una mano con la parte técnica de los cabarets, así que al final fue para bien. Aparte de eso, pues tenemos ganas de tener un suelo como Dios manda, recto, liso y de tarima flotante, y una calefacción guay, aunque es un tema muy caro y complejo.


 Los cabarets se han consolidado como algo fijo en la programación circense madrileña, ¿Estáis contentos con cómo van funcionando?
Sí, siempre estamos contentos con los Cabarets, venga más o menos gente. De media vienen unas 50-60 personas, que son casi fijos, aunque el aforo varía cada vez, es imposible de prever. Ahí seguimos, mes tras mes.  Los números son estupendos, puedes ver premieres de lo que están creando los artistas y eso me parece muy interesante.  Otro punto que tenemos muy en cuenta es que los artistas estén contentos y puedan desarrollar su trabajo cómodamente y se sientan valorados. Procuramos que, ya que no están siendo pagados, se sientan bien tratados, respetados como personas, artistas y profesionales. Por eso somos muy estrictos en la preparación previa de los cabarets, con las pruebas escalonadas y unos tiempos medidos de prueba de sonido y luz. Yo soy muy maniática con eso, porque vengo del Cine y ahí las cosas van así, súper cronometradas. Por otro lado a mí, como artista, lo de llegar a probar a un sitio y que todo sea caótico me pone muy nerviosa y me afecta a la hora de actuar. También les damos de cenar y de beber y se respira buen ambiente. Creo que por eso los cabarets molan tanto, porque todo el mundo está feliz. Los próximos van a ser el 11 de diciembre y el 8 de enero. ¡Esperamos que se peten!  


La Pértiga en la actualidad


¿Por qué creéis que hay tan pocos sitios dentro de Madrid capital donde se pueda entrenar y programar circo?
¿Tan pocos? Creo que os quejáis de vicio. En toda Galicia -yo soy de allí- no hay ni la mitad de lo que tenéis aquí en Madrid: Carampa, el Price, Charivari, Fedriani, Tabacalera, Los Jacintos, mil sitios donde estudiar clown, tantos que ya me pierdo, etc. Y a unos pocos km. El Circódromo, Arribas, Bon Site, CircoDiverso... ¡Son un montón!.Está claro que siempre querríamos más, sobre todo si te comparas con otros países. Pero no, no son pocos, y además, somos cuatro gatos en el circo. Cuatro gatos majísimos y con muchas ganas de hacer cosas y que nos movemos un montón, pero al final  nos conocemos todos aunque sea de oídas.No creo que haya público ni demanda para mucho más. De hecho, nosotros cuando hemos montado aquí espectáculos unipersonales no hemos conseguido atraer a gente suficiente para que resultara rentable abrir la nave, por eso hemos dejado de hacerlos prácticamente. Aunque queremos darle una vuelta y volverlos a hacer, porque es otro tipo de propuesta escénica diferente al cabaret que nos interesa bastante. De hecho, el próximo fin de semana hay un espectáculo unipersonal programado.

¿Cómo es la situación actual de La Pértiga? 
De los iniciales sólo quedamos Ale y yo. El resto se han ido desperdigando por el mundo y aunque pasan por aqui siempre que vienen a Madrid, los derroteros de la vida los han llevado por otros lados.
En lo económico, como siempre; manteniéndonos, intentando invertir y mejorar pero sin muchas posibilidades de hacerlo, la verdad. Pagamos un alquiler muy alto (debido a la ubicación y a que nos la metieron doblada), dos seguros, y no tenemos demasiados ingresos. En cuanto a recursos humanos somos los de la casa y cada vez más socios, y con eso sí que estamos contentos, porque son más manos a la hora de trabajar y más cabezas a la hora de pensar. Apoyos no tenemos más allá de nosotros, que financiamos todo lo que hay aqui con la pasta que sale de cursos, entrenos y cabaret, más lo que aportamos de nuestro propio bolsillo mes a mes en forma de alquiler (los que vivimos aqui) o de cuota de socio. Quizás debiéramos buscar mecenas o subvenciones, pero nos gusta ser así, independientes y un poco underground.

¿Proyectos futuros?
¡El suelo! ¡La calefacción! La verdad a mi me gustaría ir evolucionando y dentro de unos años, cuando ya no quiera vivir en una nave fría y llena de gente, poder alojar a compañías para que hagan sus creaciones, o a alumnos de Carampa, para que tengan un sitio barato donde vivir y entrenar. Pero bueno, por ahora seguir mejorando, invirtiendo en material para los entrenos y los cabarets. Por cierto, aceptamos donativos: sillas plegables y focos nos vendrían estupendamente.  



¿Qué le recomiendas a alguien que quiera montar una nave de circo?
En primer lugar que tiene que estar muy seguro de lo que quiere hacer, asesorarse bien legalmente y por un arquitecto o albañil antes de firmar un contrato. Nosotros no lo hicimos y aún estamos pagando el pato por un par de cláusulas abusivas que nos metieron. También que tenga claro que esto aporta mucho pero hay que dedicarle mucho trabajo y mucho tiempo, y a veces no es tan gratificante como debiera. En una nave hace frío (en todas), hay mucha gente, las cosas se desordenan, se pierden o se rompen y nunca ha sido nadie, pero que si consigues superar las adversidades, te vas haciendo fuerte. Y que antes de montárselo por su cuenta miren si hay proyectos chulos que les puedan ir bien, porque a veces ya hay algo montado y puedes subirte al carro, que es mucho más cómodo, creo yo, que empezar de cero.
Por último me gustaría resaltar que en La Pértiga no somos sólo una Asociación, somos una Comunidad, prácticamente una Familia, y que estoy súper contenta y orgullosa de formar parte de ella.





Más información

lunes, 16 de noviembre de 2015

El circo duele

Duele la maza al golpear la mano

la espalda al agacharse a por la pelota

los pies sobre el alambre

las manos que agarran el trapecio

el cuello de mirar arriba a tus malabares

la cabeza al acumularse demasiada sangre haciendo la vertical

los tobillos al caer desde una doble altura

las lumbares de la contorsionista 

los hombros del portor 

la piel agrietada por la magnesia

los músculos cuando pasan de su punto de máxima elasticidad

los fallos, sobre todo en el ego

las caídas inesperadas y las previsibles

los golpes contra estructuras o compañeros

el suelo que nos recuerda  la ley de la gravedad

estancarse en un truco o en una figura

duelen las lesiones


Foto: Amaya Frías

Es así, el circo tiene algo de masoquista: 
se mueve con el dolor, avanza con él, a través de él; 
y es muy satisfactorio el resultado.

viernes, 13 de noviembre de 2015

Historia y arquitectura del Price, por Flor Arango

Itinerante, es el primer adjetivo que rebota en nuestras mentes cuando pensamos en arquitectura circense contemporánea. Envolventes dinámicas de carácter temporal que brotan de forma libre y espontanea. Espacios palpitantes habitados a ratos cuya esencia misma versa sobre su fugacidad y su ulterior auto consumación; una vez cumplida su mirifica función se extinguen sólo por momentos para posteriormente volver a emerger. Son volúmenes que responden entre otras, a una de las soluciones arquitectónicas más primigenias: reunir.

Se trata de una arquitectura efímera, que pese a su carácter circunstancial, ha sido siempre una arquitectura relevante y recurrente. Es durante el Renacimiento y especialmente el Barroco cuando la arquitectura de carácter temporal y las construcciones con materiales maleables alcanzan su periodo de madurez. Estructuras livianas y edificaciones provisionales se erigen inmersas en el auge de las artes figurativas y otras artes efímeras como la música, la danza o el teatro. Lo rápido e improvisado se superpone a lo dificultoso, lo lento y lo costoso de tal forma que el trampantojo y los grandes montajes de escenografías y fastuosos decorados suplantan a lo real y enmascaran frágiles obras pasajeras destinadas a desaparecer tan pronto hubiesen cumplido su función.

En lo efímero, cada época ha materializado su idea de celebración empleando las técnicas y materiales disponibles del momento. Así, en la segunda mitad del siglo XVIII se generalizaron los circos de madera desmontables y a principios del siglo XIX se iniciaron las construcciones con lonas sostenidas por mástiles. Éstas, en un principio eran una simple carpa sostenida con un mástil central, sin embargo, se llegaron a hacer de hasta tres pistas circulares, multiplicándose el número de mástiles a la vez que aparecía el faldón perimetral de las lonas.



Hoy lo efímero sigue proyectando estas funciones lúdicas y experimentales que se generan a partir de las nuevas dinámicas de la sociedad postindustrial. Contemplan el cambio, el movimiento, la fugacidad y la mutabilidad y abren el dialogo entre el espacio público y la participación social. Se orientan no necesariamente a lo duradero, sino más bien al tránsito en el tiempo, el funcionar, el no molestar, el agradar, el simplemente estar, hasta acabar.

El circo es la ingeniería de lo móvil, se desplaza, cambia de forma y renace en diferentes fragmentos del tejido urbano el cual es en cambio, un esqueleto fijo, preciso y delimitado. Por definición pudiesen parecer dos conceptos antagónicos, sin embargo arquitectura y circo se intersecan también para generar espacios permanentes inscritos dentro de la estructura urbana. En España se construyeron numerosos Teatros Circo durante las dos últimas décadas del siglo XIX, convirtiéndose el Teatro Circo Price de 1880 en un referente tipológico para muchos de los que se levantaron en el país.

La peculiar historia del actual Teatro Circo Price cuya vida, paradójicamente, se dibuja como itinerante, se remonta a mediados del Siglo XIX cuando Thomas Price, acróbata y domador de caballos, adquiere un terreno en el Paseo de Recoletos (espacio que hoy ocupa el Palacio de la duquesa de Medina de las Torres, actual sede de la Fundación Mapfre) y monta una sencilla estructura para ofrecer espectáculos de caballos y acrobacias.

El apogeo de las artes circenses en esa época y la amplia oferta lúdica y cultural de la ciudad condujeron al irlandés a aventurarse en 1868 con la edificación del primer Circo de Price, proyecto del arquitecto Pedro Vidal. El resultado, inspirado en el Circo de Invierno de París, fue un edificio de estilo clasicista (ver imagen 1), de planta octogonal construido en su mayor parte de madera. Destacan los pilares dóricos (1) adjuntos a cada una de las aristas del volumen principal de tal forma que se crea la sensación de espacio circular, abarcando el máximo de superficie con el mínimo perímetro. Vanos mezaninos cuadrangulares (2) se disponen ordenadamente alrededor de toda la fachada del volumen que envuelve la pista circular de aproximadamente 13 metros de diámetro y que a su vez, sostiene una cubierta piramidal (3) rematada con una linterna (4). La circulación en el interior del edificio se solucionó con corredores circulares y el acceso a las gradas por vomitorios (5). Al volumen principal además, se añade otro en la parte posterior destinado a albergar los camerinos para actores y las cuadras.

Imagen 1. Primer Circo Price (1868). Click para ampliar

El éxito de este circo fue tal que 10 años después se comienza un segundo proyecto, esta vez sobre el papel del arquitecto Agustín Ortiz de Villajos. La piel del Price se traslada a la Plaza del Rey (actual localización del Ministerio de Cultura) y en 1880 se inaugura con un increíble cartel de artistas, un edificio de planta octogonal y estructura de hierro forjado (ver imagen 2). Resalta su elegante fachada principal construida en ladrillo y granito, de estilo neomudéjar-plateresco con elementos arquitectónicos característicos de la arquitectura festiva española de finales del siglo XIX y principios del XX, el ajimez (6), los arcos de herradura (7), el arco túmido (8) o los medallones con caballos en relieve (9). La cubierta de teja y hierro cobija la pista central de aproximadamente 14 metros de diámetro y las localidades distribuidas alrededor de esta en dos pisos. El edificio conserva el nombre de su fundador, Price, aunque también se le conocía en la época como el Circo de Parish. En múltiples ocasiones se usará también como cine y teatro por lo que también se le conocerá como el Teatro Circo Price.

Imagen 2. Segundo Circo Price (1880). Click para ampliar

El declive de la actividad de este edificio se producirá con el comienzo de la Guerra Civil que provocará importantes daños durante los bombardeos en el asedio a Madrid. A pesar de ello, se reconstruye y reabre sus puertas tras la guerra, sin embargo breve es su último momento de esplendor previo a su clausura definitiva y demolición en 1969.

 

Han de pasar entonces más de 30 años para que el Teatro Circo Price se reinvente una vez más y abra un nuevo capítulo en la historia de las artes escénicas en Madrid. Se emprende así en el año de 1999 el proyecto del actual Teatro Circo Price diseñado por el arquitecto Mariano Bayó, en esta ocasión situado en el abandonado edificio de la Fábrica de Galletas Pacisa, en la Ronda de Atocha. El conjunto, inaugurado a finales del 2006, está formado por seis edificios: el edificio de acceso principal que acoge las taquillas, tienda, cafetería y salas de exposiciones; el edificio circular que envuelve la pista, el edificio de trasescena, el edificio administrativo que incluye el aparcamiento y el área de carga y descarga y finalmente el edificio de oficios, talleres y zona preparatoria del circo (ver imagen 3).

La fachada que observamos desde Ronda de Atocha data de principios del siglo XIX y se corresponde con la fachada restaurada de la antigua fábrica de galletas, una construcción influida en parte por la arquitectura ferroviaria de la época, levantada en ladrillo y de estilo ecléctico con elementos clásicos y neomudéjares.

El principal elemento del complejo es el tambor (10), que actúa como eje regidor de los diferentes espacios que le rodean. El muro vítreo que cierra el cilindro se proyectó como elemento sugerente con el fin de que su presencia suscitará la curiosidad por lo que bulle en el interior. Los colores iridiscentes y metalizados de los mosaicos de vidrio de murano (11) provocan junto con el juego de luz natural una metáfora estética, creando destellos, reflejos y sorpresas tan llamativas como las lentejuelas mismas de las distintas vestimentas de los actores. 

Imagen 3. Tercer Circo Price (2006). Click para ampliar


Hoy el Price es sin duda un ejemplo de vitalidad donde se conjugan la arquitectura y el circo, lo fijo y lo móvil, lo urbano y lo extra urbano. Es un espacio que a la vez, constituye un importante emisor de datos que nos muestran significados dispersos y complejos sobre nuestra manera de habitar el mundo; y en tiempos de veloz evolución donde no hay cabida para la sedimentación de ideas, resulta casi inevitable echar a volar la imaginación y cuestionarse… ¿cómo será dentro de 300 ó 500 años, el artefacto, la mixtura entre tecnología y arquitectura que se ponga al servicio del circo y dé continuidad a la fascinante tradición circense que encierra Madrid?



 Para saber más: